Noche fría pero importante en Vallecas. Ya lo avisaba Jémez, era un partido que podía marcar el devenir del equipo en la temporada. Ganar era engancharse al playoff, no hacerlo era dejar pasar un tren. Otro más.
No sería el mismo Rayo Vallecano, porque enfrente apenas hubo rival. Vallecas vivió un combate a 12 asaltos donde pudieron sobrar 10 sin problema. El Lugo era un tigre sin colmillos, un ni quiero ni puedo. Y el Rayo disfrutaba.
Mario Suárez abrió la lata tras aprovechar un rechace de Cantero, pero el VAR, en lo que ya parece algo rutinario en el Estadio de Vallecas, hizo acto de presencia para invalidarlo por fuera de juego. Lo era, por centímetros, pero lo era.
El monólogo franjirrojo continuó, el gol era cuestión de tiempo en un partido donde sobraba media cancha. Ataques, ataques y ataques. Hasta que Embarba, también tras recoger un rechace de Cantero, transformó el primero. Este sí valió.
El Lugo, que apenas había rugido, tuvo el empate en las botas de Manu Barreiro, pero Dimitrievski salvó con un paradón abajo a la izquierda. Mucho mérito en los guantes del macedonio. Antes, Álvaro se había topado con el larguero.
Tras el paso por el vestuario el partido perdió ritmo. El Rayo sostuvo el timón, pero levantó el pie del acelerador en la faceta del gol. Ya no sufría Cantero. Sensación insípida.
Muchas posesiones largas, jugadas excesivamente complicadas y centros defectuosos en balones parados. El Rayo no sufría, pero tampoco remataba. Y eso es peligroso.
El Lugo llegó vivo al tramo final, algo que parecía utópico viendo los primeros compases del choque. Pero era cierto. Con el marcador ajustado entraron los primeros nervios.
Jémez introdujo a Piovaccari por Embarba y el equipo, definitivamente, se apagó. El Rayo se contentó, a pesar de que eso significaba coquetear con el precipicio. Aceptó el innecesario reto y logró salir indemne. Aire.
La victoria certifica que la franja se reengancha al playoff. Los de Jémez se sitúan a 2 puntos del botín y vuelven a depender de sí mismos para jugarlos. Próxima cita, el sábado en casa de la Ponferradina.
Pocas conclusiones se pueden extraer de un partido como este; pocas conclusiones se pueden sacar de un partido donde no hubo rival. Pero vuelve a haber playoff, que no es poco.