El sábado se disputó en Vallecas uno de los partidos del calendario que más ilusión genera a los aficionados rayistas. El rival no era ni el Real Madrid, ni el Barsa, sino el Cádiz CF. De sobra es sabida la buena relación que existe entre los hinchas de ambos equipos desde hace ya varias décadas.
Mientras que en el ámbito deportivo, Cádiz y Rayo Vallecano son dos equipos pequeños y humildes con objetivos modestos, dónde las directivas no muestran mayor relación entre sí, que la habitual con cualquier equipo, en lo extradeportivo son dos entidades cuyos seguidores comparten orígenes, valores e ideales.
Los propios Bukaneros cuentan en su página web que el apoyo de la sección de las Brigadas Amarillas, los ultras del Cádiz, fue clave para dar un empujón al grupo vallecano a mitad de los noventa y para expulsar de la grada a las Brigadas Franjirrojas, un grupo de simpatizantes de extrema derecha liderado por integrantes de los Ultras Sur.
Este sábado, como cada año, las camisetas amarillas no solo inundaban la parte del estadio asignada a los visitantes, sino que se veían mezcladas con las franjirrojas por todo el estadio, el buen rollo reinaba. Como además, el resultado acompañaba, Vallecas se convirtió en una fiesta. Los gaditanos no estaban dispuestos a enfadarse y ponían al estadio entero a cantar el mítico: “hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual” o a animar al árbitro para que sacara otra tarjeta.
Los rayistas acompañaron con “sí se puede” cuando Balliu metió el balón en su propia portería para inaugurar el casillero del rival y siguieron con el “Cádiz es de primera” para demostrar a viva voz que quieren que el equipo andaluz permanezca en la categoría más alta del fútbol español. Además, no falto el homenaje a Fernando Orgambides, el histórico hincha gaditano más conocido como ‘El Baguetina’ que falleció en 2018. Los Bukaneros mostraron camisetas que lucían ‘Eterno Bague’.
Orígenes humildes, clase trabajadora, valores nobles y colectivos, reivindicaciones sociales, antifascismo y una pasión por el fútbol desmedida, esos son algunos de los ingredientes que hicieron que las aficiones de Cádiz y Rayo se juntaran allá por los noventa, y que hacen que hoy sigan viviendo este deporte de una manera tan parecida.