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Mamá, de mayor quiero ser como ellas

Hoy día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, por eso desde Unión Rayo este es mi pequeño homenaje para las jugadoras del Rayo Femenino, para las que están y para las que no, pero sobre todo, para las nuevas generaciones, para las niñas de la Fundación que sueñan con ser algún día como ellas, como sus referentes.

Los tiempos han cambiado. Ahora las niñas sueñan con ser futbolistas. Quien les iba a decir a esas mujeres, Las Folclóricas y Las Finolis, que jugaron por primera vez en 1971 un partido amistoso en el Estadio de Vallecas, que algunas de ellas se iban a convertir en pioneras del fútbol femenino y que no se tendrían que esconder para poder hacer lo que más les gustaba. O a las jugadoras del primer Rayo Femenino en el año 2000, que tan solo tardarían tres años en ascender a Primera División, en ese momento llamada Superliga, quien le iba a decir a “Abu” que daría su vida al Rayo Femenino.

Quien iba a decirles a esas jugadoras que en la temporada 2007-2008 alcanzarían la gloria ganando la Copa de la Reina (3-2) frente al Levante, que se convertían en la sección más laureada de la historia del club. Pero lo que ninguna se esperaba era convertirse en el mejor equipo de España y ser campeonas de tres Superligas consecutivas (2008-2009, 2009-2010 y 2010-2011), quien le iba a decir a Alicia Gómez, Pilar García o Natalia Pablos, que llevarían el nombre del Rayo por Europa.

Pero sobre todo, quien iba a decirles a ese grupo de jugadoras que algún día, en el futuro podrían vivir del fútbol y que harían algo mucho más importante, abrir camino para las más jóvenes y que se convertirían en referentes para las más pequeñas, que las niñas de la Fundación quisieran ser algún día como Patricia Larqué, Paula Fernández o Camila Sáez. Antes no existían referentes femeninos, solo masculinos, pero ahora las niñas van a la Ciudad Deportiva para verlas a ellas.

Se sitúan en las gradas, junto a sus madres, soñando con jugar alguna vez en ese césped. Al acabar el partido se meten al campo, se acercan a las jugadoras, las rodean, las piden autógrafos y se hacen fotos con Andújar, María Bores, Iris o Laia Ballesté y se vuelven junto a sus madres. Otras prefieren esperar en la puerta de la Ciudad Deportiva para hacerse fotos una a una con las que van saliendo. En el camino de regreso a casa van viendo esas fotos, esos autógrafos, cierran los ojos y cuando los abren le dicen a su madre su mayor sueño: “mamá, de mayor quiero ser como ellas”.

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