Que no iba a ser un domingo más en Vallecas se sabía desde que LaLiga anunció de manera oficial la fecha del partido, pero la sucesión de los hechos lo confirmó. El Rayo Vallecano-Albacete fue suspendido. El 15 de diciembre de 2019 ya es un domingo para la historia del fútbol español.
Olía a césped, a fútbol. La primera parte estuvo protagonizada por el buen juego y eclipsada por los cánticos contra Roman Zozulya. Las gradas de Vallecas se manifestaron contra el delantero pero, un cántico en concreto, fue el que prendió la mecha en vestuarios y palcos. Cuando se gritó “Roman Zozulya, un puto nazi”.
El colegiado detuvo el partido hasta en dos ocasiones, la primera, para pedir al delegado del Rayo que retirasen una pancarta contra el ucraniano y la segunda, para pedir que avisasen por megafonía de la posibilidad de suspender el partido en caso de que los cánticos continuasen, pero en las gradas nadie imaginaba que dicho aviso acabaría siendo una realidad.
Durante el camino al túnel de vestuarios y tras el pitido del árbitro, Zozulya respondió a los gritos de algunos aficionados echándose la mano a la oreja y esbozando varias carcajadas. El ambiente, ya de por si caldeado, alcanzaba cotas reseñables. El ucraniano estaba colaborando en ello.
Con los jugadores ya en el túnel de vestuarios llegaron las noticias. Eran las 21:10 y aún no había rastro de los futbolistas por el verde; algo raro sucedía. Y tanto. Los jugadores del Albacete habían expresado su malestar por los insultos y notificaron que no querían volver al campo. Que no querían jugar la segunda parte.
La decisión fue consensuada por el colegiado López Toca, que lo comunicó rápidamente a LaLiga, RFEF y al Rayo Vallecano. Los minutos corrían y nadie emitía ni leía ningún comunicado. Los aficionados seguían en las gradas esperando noticias, unas noticias que sólo recibían a través de los medios de comunicación.
A las 21:37 la megafonía anunció que la suspensión del encuentro era oficial. No se iba a jugar la segunda parte. Algunos espectadores comenzaron a abandonar el Estadio, otros entonaron cánticos como “Era una broma, Zozulya era una broma”.
A partir de ahí la actualidad se centró en varios puntos. Primero, en el túnel de vestuarios, donde el autobús del Albacete comenzaba a ser rodeado por un fuerte cordón policial, preparado para escoltarlo en la salida del barrio. Y segundo, en LaLiga y demás órganos oficiales.
El más rápido en pronunciarse fue el Rayo Vallecano, que a través de sus redes sociales dijo lo siguiente: “Debido a los reiterados cánticos e insultos proferidos durante la primera mitad del Rayo-Albacete, el partido queda suspendido“.
Minutos después, LaLiga emitió un comunicado oficial que rezaba lo siguiente: “LaLiga manifiesta su acuerdo con la decisión tomada por José Antonio López Toca, el árbitro del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete Balómpié de suspender el encuentro ante los graves insultos y amenazas sucedidos durante la primera parte contra Roman Zozulia, jugador del club visitante y ante la petición de los dos equipos en el estadio de Vallecas. Desde LaLiga seguimos trabajando para erradicar la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios del fútbol profesional español“.
Por último, el Albacete emitió un mensaje en sus redes sociales que decía lo siguiente: “Con el respaldo del RayoVallecano, Albacete y LaLiga, el árbitro y la RFEF han decidido suspender el partido en Vallecas. Una decisión tomada con el único objetivo de salvaguardar los valores del deporte que amamos y de nuestra competición“.
Los jugadores del Rayo Vallecano fueron los primeros en salir del túnel de vestuarios. Con Paco Jémez a la cabeza, la expedición franjirroja abandonó las inmediaciones sin mediar palabra con nadie. Silencio sepulcral. Unos 200 aficionados esperaban -de manera pacífica- en las cercanías del túnel.
Minutos después, el grupo Bukaneros, a través de sus redes sociales, dijo lo siguiente: “Ni por racismo, ni por xenofobia, ni por violencia. La primera vez que se suspende un partido en España es por decir la verdad. ZOZULYA ERES UN NAZI“.
El autobús del Albacete abandonó las inmediaciones del Estadio de Vallecas sin incidentes y, como apuntábamos antes, rodeado de una fuerte escolta policial. Por seguridad, se esperó a que las inmediaciones del campo estuviesen desalojadas para proceder al traslado.
Raúl Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano, afirmó lo siguiente: “Es una noche muy triste para el Rayo y el deporte. Queremos condenar tajantemente los insultos que una parte de la afición, ubicada en el fondo, ha proferido a un jugador rival. El fútbol está para unir, no se puede permitir lo vivido hoy y por eso hemos pedido que cesara esa actitud“.
Además, en rueda de prensa, añadió: “En el descanso propusimos terminar el partido con el estadio o, en su defecto, el fondo desalojado. No fue así porque la coordinadora de seguridad lo desaconsejó. Así que sólo cabía la suspensión total“.
Ahora es turno del Comité de Competición que, con todas las cartas sobre la mesa, deberá tomar una decisión. Pero, al ser una suspensión consensuada entre las cinco partes (Rayo, Albacete, LaLiga, RFEF y árbitros), como ha confirmado el propio club manchego, la lógica se encamina hacia que el partido se reanudará en otra fecha. Pero está por ver si con público o a puerta cerrada.
El 15 de diciembre de 2019 se produjo la primera suspensión de un partido en Primera División por insultos desde las gradas. Ha sido por llamar a Roman Zozulya “puto nazi”. Ahora, turno para el debate sobre si se ha obrado mal o bien. Sobre si hay doble rasero en función del club o no. Sobre si tu club ha actuado bien o no. Y sobre si te representa.
Pero hay una certeza: Vallecas ha demostrado que hay cosas por encima de la pelota. Ha demostrado que con sus principios va al fin del mundo. Y el mundo del fútbol, desde luego, ha marcado un precedente histórico.