En el año 2018, un aficionado franjirrojo fue agredido en la localidad catalana de Sitges por tres neonazis supuestamente vinculados a los Boixos Nois. Esa noche del 10 de noviembre, la víctima, que portaba la camiseta del Rayo Vallecano, fue agredida por la espalda sin discusión previa y sin motivo aparente. Tras ser derrumbado al suelo, los radicales le dieron patadas.
La víctima quedó inconsciente y envuelta en un charco de sangre tras haber recibido, además de patadas y golpes, tres fuertes golpes en la cabeza con una porra extensible. El aficionado franjirrojo tuvo graves heridas como la rotura de varios huesos de la cara y el fémur, entre otras lesiones, y estuvo ingresado 12 días en un hospital. Posteriormente, tuvo que pasar por un proceso de curación y estuvo impedido durante 121 días, además de haber sufrido secuelas de por vida.
El motivo de la agresión, según la Fiscalía, fue portar la camiseta del Rayo Vallecano que llevaba. Los tres investigados en esta causa, según relata el Ministerio Público, estarían supuestamente vinculados a grupos ultras del FC Barcelona a quienes el fiscal atribuye la ideología «de extrema derecha o neonazi».
El escrito de acusación afirma que los agresores actuaron conjuntamente “guiados todos ellos por la animadversión a la ideología antagónica que atribuyeron a la víctima y con ánimo de acabar con su vida o representándose la posibilidad de que dicho desenlace pudiera ocurrir con su simultánea actuación”.
Después de un lustro, se hace justicia por el aficionado rayista, pero la resolución y los años de cárcel a los que se enfrentan los agresores es poco precio a pagar.