Es doloroso. Ver un partido en el que quieres que ganen los dos se hace duro. Sabes que no va a ocurrir pero te haces ilusiones. Vives en esa adicción al rojo y blanco que disfrutas solo o con amigos y como diría Roberta Flack te mata lentamente. Es como fumar pero te rompe el corazón y no los pulmones. Deberíais saberlo.
Yo lo dejé hace ocho años y desde entonces he visto al Rayo Vallecano más en primera que en segunda así que,¡para qué volver!
Digo esto porque el Rayo-Atleti de ayer fue partido de los de varias cajetillas, por ansia, por aburrimiento o melancolía.
Los dos equipos presentaron sorpresas o ausencias destacables. Los tres bisontes sin filtro, Advincula, Bebé y Costa aguardaban en el banco, el veterano Mario Suárez era Nobel en Vallecas y nuestro Kaiser Velázquez se perdía el choque.
La franja se relamía viendo la derrota de los Celtas Cortos y pareció cómoda con el empate que le sacaba del descenso aunque a ratos el soldado de Fortuna De Tomás demostraba ser más peligroso que un paquete de Kruger. Lo intentó y lo mereció en un par de acciones pero no pudo con Oblak, que como Dimi, estaban más a gusto que Risto Mejide sentado en un Chester.
Entre pitillo y pitillo acabó el primer tiempo y al comenzar el segundo Michel pidió un mechero. Quiso prender el partido con Pozo, un Marlboro Light de manual y el mencionado Bebé con esos disparos que tiran como una calada de tabaco negro. Simeone agitó el incendio con Costa, bocanada de Gauloises y Lemar, tabaco de contrabando a precio de Francia.
Pareció tomar otra emoción el partido, por calidad, por intensidad, por haber peloteros con mayor maldad pero a RDT le faltó ser más audaz y a Morata se le vio el letrero “Marcar Mata”.
Pintaba a empate, se olía la pipa de la paz, se veía la fumata blanca cuando el Atleti hizo la de tardes tantas. Se quejó Gil, se quejó Cerezo y una jugada nos dejó tristes, perplejos.
En un centro a Morata ,que estaba en fuera de juego, el zaguero se adelanta y no interviene el delantero .Lo hace justo después cediendo al crack francés que remata por hacerlo, con interés y sin acierto. Todo sale del revés, el balón toca en Amat, desvía la trayectoria, el fútbol no tiene memoria, me punza una gran tristeza y a la vez siento una mísera euforia.
Espero aliviado al VAR que anulará el gol claramente ilegal pero ojos que no ven corazón que no siente y el árbitro de VAR una vez más, miente. (0-1).
El Lucky Strike de Griezmann convirtió un partido LM (anodino 0-0) en Ducados (negrísima derrota), un Camel con una joroba difícil de soportar, una montaña difícil de superar.
Desde que dejé de fumar bebo mucha agua. Repito y repito hasta que dejo el vaso a medias.
Hoy lo justo hubiera sido un empate, pero el vaso lo he visto medio lleno.
He visto a un Mario Suárez prometedor y un Comesaña imperial, a un RDT colosal, a una defensa segura y a un portero más que solvente.
Próxima parada, Getafe. Allí acabará el gafe.
PD: Tranquilos, no volveré a fumar (ni el Rayo va a bajar ).