Barcelona, Villarreal y Valencia. Pocos escenarios hay peores para un equipo en la situación de confianza del actual Rayo Vallecano. Es cierto que en caso de dar la talla y obtener buenos resultados contra primero el campeón de Liga que acaba de destrozar al Real Madrid y después otros dos equipos acostumbrados a pelear por puestos europeos año a año supondría un empujón tremendo para todos. Sin embargo, si das a elegir a los implicados, dudo que planteasen un calendario como el que viene.
Primero nada más y nada menos que el Barcelona. Sí, en Vallecas, pero este año eso no es sinónimo de un buen rendimiento ni mucho menos: 5 partidos en casa y cero victorias rayistas. Sobra definir a un equipo como el Barcelona. Sin Leo Messi pero con un equipo que barrió y ridiculizó al Real Madrid en el Clásico. Las diferencias son gigantescas a priori, pero somo se suele decir, esto es fútbol. Lo que no se puede hacer es salir derrotados. La enmienda es difícil, y algunos pensaran que difícil es quedarse corto, sin embargo si algo caracteriza a cada equipo y plantilla del Rayo es su fe y su actitud. Imposible rendirse.
Siguiente parada: otra visita, la del Villarreal. El ‘Submarino’ parecía despegar tras empatar contra el Atlético y golear al Rapid de Viena en la Europa League. Después, frenazo contra el Alavés y la cruda realidad: al borde del descenso con 9 puntos. 6 tiene el Rayo y es normal pensar que con esos puntos llegarán los franjirrojos a este duelo tras recibir al Barça. Los castellonenses están a tiro de piedra y ese posiblemente sea el partido que marque el futuro más inmediato del equipo. Sobre todo teniendo en cuenta que viene el parón de las selecciones. Llegar ha dicho parón con una victoria mejoraría el panorama. De no ser así, la tensión en esa semana sería casi insostenible.
Tras el descanso por las selecciones, rival duro y campo duro: el Valencia en Mestalla. Otro equipo que al igual que sus vecinos de la Comunidad Valenciana no han empezado el curso como era de esperar. A pesar de todo, como el Villarreal, parece que va de menos a más y está claro que ganar a los de Marcelino en su casa no va a ser tarea fácil. Está claro que a este nivel ningún partido es fácil, es una obviedad, pero el escenario que se le presenta al Rayo es exigente cuanto menos. La prueba es complicada y medirá lo que es capaz de hacer Míchel desde el banquillo y probará la valía de esta plantilla. Veremos si con final feliz o con un nuevo rumbo.