Si por algo se caracteriza Vallecas es por su lucha y su inconformismo. Si algo no le gusta al barrio, te lo dice. Y te lo dice a la cara. ¿Que un vallecano cree que algo es injusto? Se levanta y pelea por cambiarlo. Con el Rayo sucede lo mismo. La mayoría de sus aficionados viven a pocos minutos del Estadio y han mamado franja desde el principio. Tienen el gen de los supervivientes.
Me identifico totalmente con esta forma de ver la vida. Me parece digna de alabar. Es cierto que (opinión personal) a veces se es algo exigente de más en lo futbolístico con un equipo que este año las ha pasado ‘canutas’, pero que se le va a hacer. Si no fuese así no sería Vallecas.
Aún así y con todo lo que ha ocurrido (da para escribir un libro… o varios), el Rayo está cerca de los playoffs. Sinceramente creo que lo normal sería que el Rayo estuviese en mitad de tabla sin opciones de ascender y, con suerte, sin pelear por la salvación. Pero no ha sido así gracias a un vestuario y a un cuerpo técnico increíbles a nivel de grupo. Y esto es información. Hay jugadores ahí dentro que consideran que están “en el mejor vestuario” que han pisado nunca. Y no se refieren precisamente a las instalaciones.
Es cierto que el Rayo no va a poder tener a sus aficionados al lado por el dichoso COVID-19, pero estoy convencido que las cientos de voces franjirrojas que se quedarán en sus casas se sentirán como una en Vallecas y Santander. Y es lo que toca. En menos de una semana se puede conseguir algo precioso a pasear de los pesares. Ya habrá tiempo después para señalar y echar culpas. Seguro que todos tenemos en la cabeza a nuestros particulares ‘responsables’ y ahí seguirán unos y otros la semana que viene. Ahora toca remar en una misma dirección.
De verdad que creo que, en caso de que el Rayo ascendiera (cosa ahora lejanísima), sería un milagro futbolístico. De hecho, creo que solo meterse en playoffs supondría algo increíble. Varios de los jugadores que se van a jugar los cuartos ante Las Palmas tuvieron pie y medio fuera. Otros saben que no van a continuar. Y se dejan la piel. Es ahora o nunca. Es el momento de los futbolistas, los aficionados y hasta el cuerpo técnico. Como hace no tanto resonaba en la Albufera: Ahora, Rayo, ahora; A las armas; y todas las que se os ocurran. De que se puede estoy seguro. El viernes se pone la primera piedra.
