Quedar desempleado en la etapa avanzada de la vida puede desencadenar una serie de desafíos considerables, ya que reintegrarse al mercado laboral puede resultar una tarea ardua. En estas circunstancias, el subsidio por desempleo otorgado por el Servicio Estatal de Empleo Público (SEPE) se convierte en una asistencia indispensable para aquellos individuos que buscan una nueva oportunidad laboral más allá de cierta edad.
Durante la búsqueda activa de empleo, es posible que un trabajador alcance la edad de jubilación mientras continúa recibiendo el apoyo económico del SEPE. ¿Qué sucede en tales situaciones? ¿Se puede recibir simultáneamente tanto el subsidio por desempleo como la pensión de jubilación, o es necesario renunciar a uno de ellos?
Cobrar el paro en la edad e jubilación
El propio SEPE esclarece este tema en su plataforma digital: «Si usted cumple la edad de jubilación mientras está cobrando la prestación contributiva o el subsidio por desempleo, pueden darse estas dos situaciones«. Una de ellas es que el beneficiario tenga derecho a percibir una pensión contributiva de jubilación, «en cuyo caso se extingue la prestación«, aclara el organismo. Por lo tanto, si al desempleado le corresponde una pensión de jubilación, no podrá recibir simultáneamente el subsidio por desempleo.
Sin embargo, en el caso de que el desempleado no tenga derecho a recibir una pensión contributiva de jubilación, «en este caso puede continuar cobrando la prestación durante todo el período concedido», puntualiza el SEPE.
Además, en la sede electrónica del SEPE se detalla que una de las causas por las cuales se puede extinguir el derecho al subsidio por desempleo es el hecho de convertirse en pensionista de jubilación o de incapacidad permanente en los grados de incapacidad permanente total para la profesión habitual, incapacidad permanente absoluta para todo trabajo o gran invalidez.
Es fundamental comprender estas condiciones para evitar inconvenientes legales y administrativos. La transición de la vida laboral activa a la jubilación puede ser un proceso complejo, especialmente cuando se combina con la situación de desempleo. Por lo tanto, contar con la información precisa sobre los derechos y responsabilidades en estas circunstancias es esencial para asegurar una transición fluida y proteger los recursos económicos de los individuos afectados.
Cómo afecta haber estado en paro a la jubilación
El impacto del desempleo en las pensiones de jubilación es significativo, especialmente considerando que el país tiene una tasa de desempleo del 12% y un desempleo juvenil del 27.8%, los más altos de la Unión Europea según Eurostat. El cálculo de la pensión se basa en las cotizaciones de los últimos 25 años, lo que incluye períodos de desempleo.
Estar desempleado reduce los años de cotización, lo que afecta directamente el porcentaje aplicado a la base de cotización para calcular la pensión futura. Para acceder a una pensión contributiva se requieren 15 años de cotización, con al menos dos años anteriores a la solicitud de la pensión. Esto permite un retiro con el 50% de la base reguladora al alcanzar la edad ordinaria de jubilación, la cual varía según los años cotizados.
Recibir prestación por desempleo implica seguir cotizando a la Seguridad Social. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) asume las aportaciones empresariales y descuenta del subsidio el costo de las cotizaciones. Sin embargo, períodos sin prestación, llamados lagunas de cotización, afectan negativamente la pensión. La legislación prevé integrar estas lagunas con cotizaciones ficticias, pero esto puede reducir la cuantía de la pensión, especialmente para aquellos que cotizaban con bases elevadas.
Para evitar estas lagunas, los trabajadores pueden suscribir un convenio especial con la Seguridad Social. Por tanto, el desempleo impacta tanto en la cantidad como en la calidad de las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que repercute directamente en la pensión de jubilación. Es importante destacar que mientras se esté desempleado pero recibiendo prestación por desempleo, se continúa cotizando a la Seguridad Social. Sin embargo, los períodos sin prestación tienen un efecto negativo en la pensión de jubilación, ya que se integran con cotizaciones ficticias, lo que puede reducir la cuantía de la misma. En este sentido, suscribir un convenio especial con la Seguridad Social puede ser una medida para evitar estas lagunas y mantener una base de cotización más sólida.