La sanción a Velázquez del pasado fin de semana abría las puertas de la titularidad a Antonio Amaya tres meses después con el Rayo Vallecano. A pesar de que comenzó siendo inamovible en las cinco primeras jornadas de liga, en la actualidad el central madrileño está claramente relegado al banquillo, aunque ha sido un asiduo en los cambios de Míchel.
Desde octubre sin jugar desde el inicio es mucho tiempo, por lo que esta titularidad ante el Numancia se percibía como una gran oportunidad para reivindicarse y solicitar un puesto en el once. Además cuenta con una buena altura; un punto a favor teniendo en cuenta las complicaciones a balón parado del equipo en los últimos encuentros.
CORRECTA ACTUACIÓN
Dentro del paupérrimo partido en fase ofensiva de los dos equipos (sobre todo en el primer tiempo), el central franjirrojo se mantuvo firme y correoso. No se complicó en ninguna de las acciones y pugnó por cada balón con vehemencia, yendo al corte y sin arrugarse. La única pega que se le puede poner es un mal despeje en el minuto sesenta y cinco que acabaría con una clara ocasión para los numantinos. Pero en general mostró seguridad durante todo el encuentro.
MEJORÍA DEFENSIVA
El equipo rayista llegaba a esta jornada con un elenco de dudas en la parte defensiva. Pues bien, esas dudas quedaron disipadas en Los Pajaritos.
Se vio a un Rayo Vallecano sólido y consistente en defensa. Se podía palpar una cierta mejoría. No encajar gol en la tarde de ayer no solo hizo lograr un valioso punto en un estadio complicado, también hizo que el equipo rompiera una negativa racha de cinco partidos consecutivos sin dejar la portería a cero.
Evidentemente, esta buena imagen ofrecida en Soria beneficia especialmente a Amaya después de que volviera al once tras trece jornadas sin hacerlo. Es muy probable que repita titularidad en el próximo encuentro en casa frente al Lorca.
Además, Míchel habló para los micrófonos de Movistar Plus en la previa del partido y dijo en relación a la faceta defensiva que “tanto Amaya como Santi y como RDT daban más poderío físico al equipo y que con ello buscaba mejorar el balón parado”. Sin duda se solventó este problema, y los 193 centímetros del central vallecano ayudaron a que esto fuera posible.