La barriga se sacia rápido, el espíritu no se sacia nunca (Paco de Lucía)
Me disculparan ustedes pero tuve que tomarme un descanso tras ver el Rayo-Villarreal y emprendo la tarea de volver al teclado tras el Cadiz-Franja.
Podría decir que me dio un amarillo, pero sería un chiste demasiado facilón y más de una o uno no entendería el chiste quinqui. Qué puedo decir, antes veía a los futbolistas bajarse del bus en chanclas y calcetines y ahora veo a la chavalada ir de ordinario así por la calle.
El caso es que mi historia con el Rayo Vallecano de Francisco es algo así como un amor y odio, como un quiero y no puedo, como el final de la relación entre Paco y Camarón.
Ver el vaso medio lleno supone ver al Santa Inés como una marinería competitiva, aguerrida y con carácter.
Ver el vaso medio vacío es observar cómo el talento languidece en beneficio del orden, de amarrar un punto en lugar de buscar tres o ver cómo la velocidad reemplaza al talento.
El Rayo empató en la tacita de plata y lo mereció. Pudo ganar e incluso perder pero se miró en el espejo de Cádiz y salió una mezcla entre Dorian Gray e Iván Alejo.
Todos critican a José Bordalás pero buscan ser una versión amable y mejor vista que el equipo azulón. El equipo de Sergio tiene trazas de aquel y el Rayo estuvo a la altura del choque. En otras campañas el equipo de Vallecas fue superado a base de intensidad y artes escénicas. Este año no se dejó. Es la parte buena de tener un charrúa en el campo.
El Pacha conocía la cancha y a sus rivales y cuando Alejo, uno de los peores compañeros en la profesión futbolística quiso buscar en la trampa, la provocación y la miseria el mal ajeno no lo consiguió. Encontró sin embargo la risa fuerte, honesta y pícara del lateral franjirrojo.
El partido fue eso,un tira y afloja llevado con buen tino por el trencilla durante media hora hasta que debió arreciar el viento de Levante y Hernández Maeso enloqueció como Jack Nicholson en “El Resplandor”. El árbitro se lío y empezó a ver tanto amarillo y rojo en campo y grada que replicó lo que vio sacando tarjetas.
La primera parte fue un dolor de muelas con los visitantes fallando con el balón en los pies y los locales peleados con el mundo en solidaridad con el citado I.A. (increible que las iniciales del extremo derecho cadista coincidan con el concepto Inteligencia Artificial). El árbitro peleó con todos.
Hubo un momento del partido en el que el Rayo creyó que podía ganar. La tricotomía “rápido-lento-rápido” formada por De Frutos,Trejo y Camello (Álvaro es insustituible) dio paso a la “rápida-lenta-lenta” de Kike,Isi y De Tomás. El KIT mejoró al TFC. Aquello tenía buena pinta y con el apoyo de un buen Ciss,de una banda izquierda correcta y de cierta intensidad y un poco buen gusto la franja apretó e Isi sacó el orgullo. Al calvo solo le pudo frenar el melenudo Conan y llegados al climax se cortó, de repente, el rollo.
Mumin se pasó de frenada en una falta y el exceso de energía en la protesta se topó con la total ausencia de empatía. Alguien tenía que pagar los platos rotos y en ausencia de juveniles le tocó a Abdul.
El equipo de Francisco se quedó con diez jugadores y desapareció de un plumazo la opción de victoria. Oficio y beneficio terminaron con las tablas en la cancha en partido por momentos de ladrillo visto con colegiado de adobe, algún pelotero con la cara de cemento (el tridente Maxi Gómez, Ivan Alejo y Alcaraz se llevó la palma) y materiales poco nobles en general salvo algún pan de oro o pan de Dios.
Once puntos en la clasificación y una sensación agridulce. La de un equipo que no brilla pero cumple. El próximo rival de la franja es la viva imagen en el diccionario de equipo cumplidor. El Mallorca de Aguirre que combatió a blancos y azulgranas en tiempos recientes tratará de montar otro muro para nuestras lamentaciones. Al menos no estará él. El más feo (perdón).
Digamos que el Cola-Cao que le faltó a José Pozo le sobró a Maffeo. El sábado Pablo se quedará en Mallorca. Ojalá al partido no le salgan grumos y tenga sobrasada.
PD: De las leyes de las ventajas no aplicadas y las faltas pitadas al revés por el de negro no escribiré. Mis vecinos de abajo dijeron que grité demasiado y a mi pareja se le puso voz de Verónica Forqué (DEP) temiendo el hacha de Jack Torrance.