Hay pruebas de amor y pruebas de amor. Porque lo nuestro es amor, no lo olvidéis. En nuestro caso un flechazo (lo del franjazo sueno mal y el rayazo no digamos) ya sea reciente o veterano.
Algunos como Romeo y Julieta no pudieron soportar a los Capuleto y a los Montesco. Florentino Ariza sin embargo, volvió a la vida de Fermina Daza tras la muerte de su marido, el médico Juvenal Urbino, cincuenta años después de tras haberle prometido amor eterno .El tipo cumplió. Eso es AMOR.
Norma de cualquiera que quiera juntar letras con decoro es no repetir una palabra demasiado en un texto (AMOR), sobre todo si es corto (el escrito, oiga) y yo, como autodidacta, lo sé, pero sostengo una tesis peculiar.
Florentino (válgame) Ariza y Gabriel García Márquez, su creador, premio Nobel y valedor del realismo mágico fueron del Rayo.
Titularon sin saberlo el sentimiento de una “parroquia” rayista, que persiste en su amor (otra vez) a los colores.
Una afición que siguió acudiendo a su nidito de AMOR (y van…) desde que se entrenó ese pequeño pero acogedor boliche donde reunirse hasta que éste, viejo y descuidado estuvo a punto de cerrar.
Una hinchada que peleó para salvar su templo. Convenció al casero de poner al inquilino unas condiciones asequibles para su arrendamiento, le pidió que lo vigilase para que no cayera en la desidia en su mantenimiento y le obligó a que nuestra joya, nuestro orgullo, nuestro equipo mas laureado pudiese jugar un par de veces al año en el recinto que por palmarés ELLAS merecen.
Una AGRUPACIÓN de fieles fans que ve ahora como el inquilino del boliche, tras perder su estrella Michelín, ofrece menú del día a casi el mismo precio de cinco tenedores que dispuso poco antes de que el estadio temblara.
Un inquilino del recinto que se revuelve ante la posibilidad de aprovechar el filón del auge del fútbol femenino y ser diferencial en lo único en que aventaja aún a Leganés y Getafe y disfraza su inquina de modernidad y fomento de igualdad creando un abono exclusivo para el femenino escindiéndolo del abono general, por lo que , nunca mejor dicho, ir a la City tendrá mucho más valor.
Gran parte de la masa social rayista se ha plantado y no renovará su abono hasta que la SAD no rectifique en su política de abonos.
No va a permitir que conviertan a su Macondo en 100 años de soledad.