DE OTRO PARTIDO
El golazo de Andrés.
No había aparecido y de repente el fantasma se levantó la sábana y dejó ver las botas. Gran gol en un momento clave. Pero nada, el Rayo rompió la matemática maldita en un partido lleno de errores en el que nunca estuvo. Queda claro, una vez más, que no hay que jugar tanto al pelotazo y que Trejo y Pozo deberían coincidir al menos durante varios minutos. Es un error, en un encuentro como el de hoy, no combinarlos.
ENVUELTO PARA REGALO
Ni contra 10.
El Rayo sufrió el dominio del Sporting y de la mala suerte. Muchos jugadores fueron de menos a más, y cuando llegaron a ese más tampoco fueron mucho (como Mario Hernández, Trejo o Isi). Al equipo se lo vio nervioso, aceptando el juego frenético del Sporting, diciendo sí a la ruleta rusa y al partido roto. El Rayo -otra vez un rompecabezas no resuelto- fue desorden a la espera de individualidades que no aparecieron. En el primer tiempo, sin peligro adelante -casi sin gente-, no se metió el pie y hubo pérdidas de libro. Los ausentes habituales tampoco se mostraron; tantos centros mal tirados siguieron en la misma línea y el mediocampo fue terreno ganado siempre por el Sporting. Si acaso se ajustaron mejor algunas marcas a balón parado, aunque ellos tuvieron ocasiones claras que no convirtieron. ¿Mejoró el Rayo o perdonó el Sporting?
LO QUE SE LLEVA EL OJO
El punto.
En la retina se queda un gran 1 que se ve hasta con el ojo cerrado. No hay mejoras en el juego, la incertidumbre ya tiene puesta una camiseta y, si hoy se perdía contra 10, podríamos estar en un principio de crisis. El Rayo es el Rayo, y el ojo del espectador, a veces crítico, a veces complaciente y otras equivocado, sabe ver o perdona lo visto; es un ojo sin VAR, conectado con las emociones. Hoy, lleno de imágenes dispares, ese ojo se va satisfecho, engordado de lo que ojalá no sean futuras ilusiones ópticas.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
Empate fuera de casa, sumar contra un rival que estará peleando arriba.
No era un campo fácil, como tampoco lo era el del Mallorca, y hoy el Rayo malo, el otro equipo, el que siempre pierde fuera, empató lejos de casa. Haciendo las cosas mal, pudiendo y teniendo que haber ganado, empató. “Pero podría haber perdido” dice la parte medio llena de la botella para justificar que el punto, incidencias aparte, no está mal y casi que se hubiera firmado de inicio. Sirve para dar empuje después del malogrado partido en Vallecas contra el Almería. Está bien, sobre todo porque el Rayo mereció los tres puntos solo en los últimos 10 minutos.
EN DEFENSA DE…
Fran García, pese al autogol.
Velázquez fue noticia en los primeros 25 minutos, después se borró. A Catena lo vimos perdido, queriendo hacer su partido, que también le salió mal (protagonizó “La mano del Diablo” en el primer gol anulado). Mario Hernández empezó con muchos errores y luego no compensó superándolos con aciertos, y Fran García, que siempre se muestra y lo intenta, por estar en tantos lados estuvo donde debía estar el 9 del Sporting y la metió en propia portería (antes, una carrera que recordó a la de Bale contra Bartra, dejó a un Pascual muy fresco casi caminando detrás de Aitor García). San Dimi, atento, sacó una peligrosa con los puños, jugó bien con los pies, habló y demostró, una vez más, que es el capitán tapado.
Noche agridulce que terminó dulce y que ojalá sirva como punto de inflexión, aunque a Iraola lo veo encerrado en ciertos esquemas, casi encaprichado al estilo Jémez con algunos jugadores y ya hablando demasiado de los árbitros. Hoy tampoco hubo delantera: ni Andrés -hasta el gran gol-, ni Álvaro ni Antoñín dijeron algo con los pies. Qasmi, bajando esa pelota en el 1-1, fue casi más importante que los titulares. El mediocampo es lento, porque lo son genéticamente sus jugadores: Comesaña, Suárez y, si me apuran, Trejo (rápido de mente)… En la búsqueda de velocidad, Pozo debería tener más protagonismo y quizá Montiel. Bebé está volviendo de a poco, el Rayo lo necesita tanto como a un nueve goleador. Si nos fijamos en los que dejaron ir -Villar, Sergio Moreno- los lesionados y los que no trajeron, es fácil ver el gran punto débil que tiene el Rayo antes de empezar cualquier partido.
Saludos y a por un triunfo en casa. Hasta la próxima crónica.