Irati Prat/@IratiPrat1
La estancia de Uche Agbo en el Standard de Liége ha sido una montaña rusa. Llegó en el mercado de verano de 2017 por 2,5 millones a Lieja ante la necesidad de un centrocampista de su perfil: un jugador físico, que fuera bien al corte, con capacidad para cubrir mucho campo y con cierto rigor táctico para guardar la posición y cubrir las subidas del resto de centrocampistas.
Así, empezó jugando bastante y completó una 2017-18 con mucho protagonismo. Agbo es un centrocampista posicional, sin especial capacidad ofensiva, pero con una zancada impresionante. Precisamente, la recuperación de balón es uno de sus puntos fuertes y aunque no es el jugador más técnico del mundo con el balón en los pies, en Bélgica le hemos visto prodigarse en el desplazamiento largo de balón.
Sin embargo, esta temporada ha empezado a caerse de los planes pues Preud’homme ha apostado por un centro del campo con jugadores más técnicos y aseados con balón, intentando hacer daño al rival a través de la posesión de balón. Es por eso que al Standard no le ha supuesto una gran pérdida la marcha del ex del Granada.