A sus 16 años y cerca de cumplir los 17, Eva Alonso está viviendo un momento muy dulce de su carrera: capitana de la selección y además con el objetivo cumplido de la permanencia del Rayo Vallecano en la Liga Iberdrola.
Eva está formando parte de la etapa en la que esperemos el fútbol femenino acabe tirando la puerta abajo. Formó parte de la Selección Sub-17 que se proclamó campeona del mundo el verano pasado en Uruguay y ahora está disputando el Campeonato de Europa en tierras búlgaras, donde las chicas dirigidas por Toña Is buscan revalidar el título.
Esta tarde a partir de las 17.30, se miden a Holanda en semifinales. El encuentro se podrá ver por Teledeporte y por streaming a través de el canal de Youtube de la UEFA.
Desde allí, los medios oficiales de la selección han publicado una entrevista con la jugadora rayista, en la que habla de cómo lleva el ser capitana y la responsabilidad que ello supone.
Capitana de la selección en un Europeo
“Quién me iba a decir a mí a principio de año que iba a estar aquí y además como capitana. Me hizo mucha ilusión que confiaran en mí para tener esta responsabilidad porque sabes que la puedes cumplir y hacer una buena labor. Creo que fue lo más emocionante”.
¿Cómo te enteraste de la decisión y cómo se lo comunicaste a tus padres?
“En la concentración en Madrid nombraron a 4 capitanas y después en la siguiente concentración previa al Europeo lo volvieron a repetir y me volvieron a nombrar. Por la tarde cuando pudimos coger el móvil se lo dije a mis padres muy emocionada”.
La capitanía: una gran responsabilidad
“No es solo llevar un brazalete. Tienes que unir al equipo, saber qué necesita en cada momento, saber llevarlo y conocer lo que quiere que hagas la entrenadora. Son muchas labores que cumplir y tienes que saber como llevarlas”.
Sus padres, orgullosos
Además, en el vídeo también hablan posiblemente los grandes artífices de su éxito: sus padres. Pedro asegura que ver a su hija con el brazalete es un sueño mientras que su madre afirma que es una mezcla de orgullo y emoción. Pero desde luego: otro sueño cumplido.