EL TERCER TIEMPO
La cadena siempre se rompe por el eslabón más débil. Y en el mundo del fútbol, ese soporte es el entrenador. La paciencia es ínfima y los resultados mandan como el mazo de un juez que golpea sobriamente la mesa para palpar el sentir de los juzgados.
El ‘Ferguson de Vallecas’
El Rayo Vallecano es una institución que lleva muchos años a la deriva. Sin rumbo, dando bandazos, sin una estructura propia de un Club profesional. La llegada de Míchel al banquillo dio ese cáliz de esperanza, ese vínculo con el rayismo, y ese marrón en el que se metió el vallecano.
No solo salvó el equipo del desastre de la Segunda B, sino que llegó a ascender al equipo a Primera, ¡quedando campeón! Nadie, jamás, en 94 años de Historia, había hecho campeón al Rayo. Míchel lo hizo.
Con todo ello, se ganó por méritos propios dirigir al equipo en Primera División. Pecó de inexperiencia, cierto, pero se lo había ganado. Tras 28 jornadas, la paciencia se acabó y Míchel ha sido cesado.
Si en algo coincido, es que cuando un equipo de fútbol no transmite, hay que hacer algo. El Rayo Vallecano parecía maniatado, psicológicamente incapaz de competir. Un equipo que llevaba un par de meses sin transmitir. Y pienso, que cuando eso pasa, hay que cambiar. Eso sí, nadie puede reprochar a Míchel que no lo intentase: cambio de portero, de esquema, de lateral derecho, permutó a todos los centrales, dio titularidad a Embarba, Bebé, Álvaro, y al final, hasta quitó a Trejo y Santi. Todo, lo probó todo. Creo que nadie puede reprocharle absolutamente nada en ese sentido, …, pero al final, es cierto que el equipo no transmitía, y eso es sinónimo de muerte.
Ahora bien, y con esto acabo. La culpa no es toda de Míchel. Si los jugadores no dan más de sí, no es su culpa. Si la planificación deportiva ha sido pésima, no es su culpa. Si arrancó la temporada con media plantilla, no es su culpa. Si le quitan a Fran Beltrán, que era su pilar, y no le traen repuesto, no es su culpa. Ni de que el mediocentro no llegase hasta final de enero. Tampoco lo es que no hicieran un esfuerzo por Unai López, que no tuviera futbolistas que necesitaba desde el principio, que Trejo no acabe de estar a su mejor nivel, que esos pequeños matices deportivos hayan caído siempre del lado contrario, …, en fin, no es tu culpa, Míchel, pero el entrenador es la parte más débil.
Tengo claro que eres el ‘Ferguson de Vallecas’, y que volverás a sentarte en el banquillo. Ya verás. De hecho, si se diera la circunstancia de que el equipo descendiera, creo que deberías volver a sentarte en el banquillo.