No salían las cosas en Vallecas. Y salía la misma historia de siempre. Un Rayo que tenía la pelota, que mandaba por tramos, que se mostraba endeble en defensa y que no culminaba en ataque.
Los ingredientes secretos para un domingo de abstención en la categoría.
La primera parte apenas tuvo ocasiones franjirrojas, tan solo una mediachilena de Álvaro y un cabezazo de Santi hicieron que la parroquia vallecana suspirase algún “uy”. Tímido, de cualquier manera.
Sin timidez llegaría el tanto del Cádiz, obra de Iván Alejo. El extremo anotaría y festejaría, pero con suspense. Inicialmente el colegiado invalidó el gol, pero el VAR intervino, corrigió y otorgó el tanto al líder. Sonrían los gaditanos al intermedio.
En la segunda parte, otra historia. El Rayo dio un paso adelante -estaba el listón bajo- y controló el partido. En parte.Jémez daría entrada a Andrés Martín por Luna, declaración clara de intenciones; y funcionaría.
Cifuentes, con una intervención colosal, evito el tanto de Trejo en primera instancia, pero el argentino insistiría hasta encontrarlo. Y lo encontraría. A partir de ahí, lo que era un duelo entre equipos hermanados se convirtió en un ‘toma y daca’. Idas y venidas constantes que pudieron decantarlo para cualquier lado.Catena tendría la más clara en un remate que se estrellaría con la madera.
Agitaba Jémez el banquillo, nervioso a la par que incrédulo. Los suyos lo estaban mereciendo, pero también pudieron perderlo. Lozano, de cabeza dentro del área, perdonó a bocajarro.
En el tramo final lo encontraría el Cádiz, obra de Jose Mari, pero el tanto sería anulado por fuera de juego previo de Lozano en el salto. Lo estaba, decisión acertada. Contenía la respiración Vallecas.
Todo estuvo en un puño y acabó en tablas. El Rayo no despega y sigue fuera de playoffs. El Cádiz no gana, pero su liderato sigue a años luz de los perseguidores. Próxima cita de los franjirrojos, el sábado, en Soria ante el Numancia. Ya sin elecciones ni abstenciones.