Con sensaciones no se mantiene la categoría. Con buen juego tampoco. No vale el “casi” ni el “estuvo cerca”. Los puntos son lo que cuentan. Y el Rayo Vallecano sacó uno de oro de su visita a la Real Sociedad (2-2). Los goles de los txuriurdin los pusieron Jon Bautista y William José y los franjirrojos Advíncula y Trejo.
Cabezas gachas. Voces ahogadas. Angustia. Anoeta. Anoeta. Anoeta. Anoeta. Anoe… probablemente el peor recuerdo reciente de cualquier rayista pertenece a San Sebastian. A una desgracia que nunca tuvo que ocurrir. A unos fantasmas que parece que nunca se van. Y si encima los alimentas…
Como quien engorda un cerdo. Así comenzó el Rayo en Anoeta. Los futbolistas no habían roto a sudar cuando Sangalli filtró un balón entre líneas para dejar solo a Jon Bautista frente Alberto. Habían pasado solo cinco minutos pero parecían 50. Los franjirrojos no daban tres pases seguidos.
Comesaña, Medrán y Trejo, estaban sobrepasados. El innovador centro del campo de Míchel no estaba funcionando. El partido pintaba mal. Muy mal. La Real tuvo el 2-0 en varias ocasiones y, o algo cambiaba, o lo de sacar algún punto era imposible. Hacía falta un milagro que diese la vuelta a la tortilla.
Y a falta de tortilla, mantequilla. La de las manos de un Rulli que está completando uno de los peores inicios de temporada que se le recuerdan. El balón era fácil. Nadie le molestaba… y falló. Como si intentara coger un pez con las manos. Adios cuero, hola empate y nuevo partido. Primer gol de Advíncula que sólo tuvo que empujar el esférico a las mallas.
Y no es que la tortilla diese la vuelta, es que dio un tirabuzón con triple carpado. En la siguiente jugada, recorte de Bebé, ligero contacto y penalti muy dudoso decretado por Martínez Munuera sin necesitar la ayuda del VAR. Gol de Trejo y victoria momentánea por 1-2 del Rayo en un partido que merecía ir perdiendo mínimo por 2-0. Para pellizcarse.
Como quien madura de repente, el Rayo Vallecano era otro. Más serio, más concentrado, más consciente de que era capaz. Como la poción de Panoramix, el verse por delante le había dado al equipo de Míchel una determinación que hasta ahora brillaba por su ausencia.
Ordenados y sin florituras, los franjirrojos aguantaban las embestidas vascas y creaban peligro de cuando en cuando. Pero es Anoeta, una de las plazas más difíciles de toda LaLiga Santander y con poco te hacen daño. Centro lateral de Zaldúa y cabezazo impecable de William José, que acababa de entrar, para poner las tablas en el marcador.
Finalmente, el marcador no se movió, y los de Míchel se llevaron un punto a Vallecas que sabe a oro frente a un rival de mucha entidad como la Real Sociedad.