Corrían casi las 14:00 cuando el Rayo Vallecano publicó en su web y redes sociales que salían a la venta 1.500 entradas al precio de 25€ cada una. En ese momento los aficionados se dispusieron como ‘locos’ a comprar las entradas, porque las ganas de ver a su equipo 16 meses después en el Estadio de Vallecas era algo que no s epodía dejar escapar.
La expectación fue tal, que no sabemos si se llegó a colapsar la página web o qué, pero muchas personas seguían comprando sus entradas pero las justificaciones de pago no llegaban y eso obviamente, traería problemas.
Sobre las 19:30 horas, la afición rayista empezaba a llegar a los aledaños del Estadio los que tenían ese famoso justificante, y los que no. Una vez allí empezaron los problemas, las personas que no tenían el justificante, pero se habían quedado sin los 25€ empezaron a pedir explicaciones a las personas de seguridad que estaban allí presentes.
Empezaron a circular infinidad de hojas de reclamaciones que iba facilitando el club a los aficionados, para que pudieran quejarse por esa vía porque nadie decía nada. Uno de los miembros del club, salió a las 20:05 y dijo que aquellos que tuvieran el justificante de pago, se les entregaría una entrada física.
Pero los minutos iban pasando y no llegaban esas entradas, ni la solución para aquellas personas sin justificante. El ambiente se iba caldeando hasta que apareció la Policía Nacional primero para agrupar a los aficionados en un costado, y después tuvieron altercados con un par de aficionados. Entre lo que sucedía fuera más la incertidumbre de si iban a ver o no el partido en el Estadio, el ambiente cada vez era más caldeado.
Hasta que dieron las 20:45 y apareció el mismo integrante del club citado con anterioridad, con las entradas en la mano. En ese momento todos fueron en masa a por su entrada, para obtenerla debías de enseñar el DNI y el justificante de pago. Una vez con la entrada en la mano, te tocaba ir hacia la puerta por donde entrabas. Una vez allí, te tomaban la temperatura, te daban gel para las manos y te disponías a subir esas escaleras que tantas veces hemos subido.
Una vez dentro buscabas asientos con una pegatina verde para poder sentarte y a disfrutar. El ambiente caliente que había en los aledaños se tradujo en la grada, y la afición estuvo metida desde el minuto 1 animando al Rayo Vallecano. Es cierto que había momentos en el que los cánticos iban a destiempo. Pero que más da, la afición había vuelto, y menuda forma de volver.