Para olvidar. Así fue la actuación del Rayo Vallecano en el estadio de Balaídos. Tan justo es alabar el fútbol del Rayo frente al Madrid como hacer un importante ejercicio de crítica tras lo sucedido en Vigo. No, aquí no tienen cabida presupuestos y humildades, se puede comprar lo de una mala noche. Aún así, no puede suceder lo que ocurrió en la noche del sábado en tierras gallegas.
Porque el Rayo ni estuvo ni se le esperó. Jamás imaginaría que fuera a escribir estas líneas cuando el reloj marcaba las 22:05 del 11 de Abril de 2015. Manucho había anotado a los veinticinco segundos del choque. Además, Antonio Amaya estuvo a punto de hacer el 0-2 tres minutos después. He de reconocer que mientras esto sucedía, este que escribe se frotaba las manos. Olía a kilometros una nueva faena inolvidable del Rayo. Balaídos, estadio fetiche estos años, y el gol tempranero del jugador angoleño, habían jugado con mi maltrecha idealización del choque. Un universo de arco iris y pompitas de jabón que me había ecargado de generar en tan solo cuatro minutos.
Lo que vino a continuación, ya lo saben. Intentaba empatizar con el sentimiento del jugador rayista a medida que los goles del Celta iban cayendo en cascada. Aún así, es complicado ponerse en la piel de un futbolista que se ve superado en todo. Pese a lo abultado del resultado y a pesar de las tediosas sensaciones, por favor, no los maten. [dropshadowbox align=”left” effect=”raised” width=”250px” height=”50px” background_color=”#d2eae6″ border_width=”1″ border_color=”#dddddd” ] “Porque el Rayo no es lo que mostró en Balaídos [/dropshadowbox]
No sería justo enterrar todo lo bueno de estos meses por una sola noche. Pese a la crítica inicial que inauguraba este artículo, esta no tiene porque estar reñida con el agradecimiento de todo un curso. Porque el Rayo no es lo que mostró en Balaídos. Ese no es el equipo de Paco Jémez. Lo saben en Vigo, en Vallecas, y hasta en la República Independiente de las Islas Galápagos del Atlántico Norte.[dropshadowbox align=”left” effect=”raised” width=”250px” height=”90px” background_color=”#d2eae6″ border_width=”1″ border_color=”#dddddd” ] “El duelo frente al Almería se presenta como una oportunidad mayúscula para recuperar la belleza olvidada en Balaídos” [/dropshadowbox]
La mejor manera de olvidar la aciaga noche viguesa, es retomar la senda del buen fútbol en el próximo duelo. Afortunadamente, este deporte da la oportunidad de un revancha corta en el tiempo. Por eso, el duelo frente al Almería se presenta como una oportunidad mayúscula para recuperar la belleza olvidada en Balaídos.
Las derrotas como ejercicio de recuerdo de todo lo sucedido a lo largo de estos años. Si alguien está dispuesto a pasar tragos como estos, ese alguien es un tipo sabio. Al fin y al cabo, esto es primera división y este es el peaje que ha de pagar el Rayo por mantenerse año tras año en la élite.
Antonio Morillo (@AMorillo17)