Villarreal-Rayo del pasado 6 de Diciembre, la mala suerte y la impotencia serán los sinónimos del duelo disputado. Porque el Rayo hizo todo lo que tiene que hacer un equipo de fútbol para ganar un partido. Jugó, maniató, y por momentos silenció el estadio del ‘El Madrigal’.
Paco Jémez en Vila-Real alcanzó momentos de excelencia. Será difícil, muy difícil, ver un nivel superior al ofrecido en Castellón por parte del cuadro franjirojo. Pero el fútbol no entiende a lógicas ni razones y es maestro de lo imprevisible, de ahí la reiterada fuga de cerebros a la que son expuestos sus aficionados.
Quedarse sólo con la derrota sería una versión muy simplista de lo acontecido. Personalmente, he de decir que disfruté mucho en ‘El Madrigal’. Disfruté viendo como tres ‘taraos’ se dejaban la garganta en el gol de Jozabed, disfruté viendo como las rayas franjirojas ganaban buena parte de los duelos disputados frente a las camisetas amarillas.
Por eso, esa sensación de goce adquirida durante el partido, contrarrestaba con las caras largas que teníamos a eso de las 18:00 de la tarde. El guión no invitaba a un desenlace tan cruel, sobre todo cuando se tuvo conocimiento de la baja de Ebert. Estaba destinado a tener una importancia capital este año, y sus últimas comparecencias invitaban al optimismo. El Rayo pierde a un jugador que marca las diferencias, pero sobre todo, es un llanto a una suerte que, unida a la baja de Toño, puede decirse que está dando la espalda a los de Jémez.
Mairena del Alcor, y no solo por el golazo anotado. La masterclass ofrecida por el mediocentro es digna de videoteca, una de esas actuaciones que uno recuerda con independencia del paso del tiempo.
Zé Castro, los pulmones de Baena, o la inmedible explosividad del imprevisible Bebé. No quiero que estas líneas queden como un lavado de cara, o que sean valoradas como aquellas que anhelan atemperar un ánimo derrotista.
Bakambú hizo las veces de ‘grinch’, el partido del Rayo Vallecano es un halo de esperanza para todo aquel que cree ciegamente –como servidor- en este equipo. Un equipo que tiene todavía margen de mejora, y que, estoy seguro, volverá a pisar la próxima temporada el césped de ‘El Madrigal’. El próximo domingo el Málaga visita Vallecas, y ahí sí está prohibido fallar.
Antonio Morillo (@AMorillo17)