Lleva tres goles y una asistencia en lo que va de campeonato, unas cifras no demasiado abultadas para un jugador en su posición pero después de estar un buen tramo de la temporada sin jugar, en los últimos partidos es cuando ha entrado en la dinámica de la titularidad. Y Embarba lo está aprovechando.
Tanto es así que en el minuto 63 del último encuentro (Rayo Vallecano – Real Sociedad) recibió una sonora ovación por parte del estadio de Vallecas que no sonó como en anteriores ocasiones. Sus goles y sus actuaciones están dando puntos a un Rayo muy necesitado de ellos (gol al Eibar y a la Real Sociedad) y de ello se ha dado cuenta la afición.
El azar, el destino o la mera casualidad ha querido que esta ovación que ratifica la reconciliación del jugador con la grada (con la mayoría al menos, ya sabemos que siempre habrá a quién no le guste este o aquel futbolista) llegue dos años después del polémico gesto que provocó silbidos hacia él cuando era sustituido.
Embarba llegó al Rayo Vallecano B hace seis temporadas procedente del RCD Carabanchel, una circunstancia que le convierte en el futbolista con más años en el club de la actual plantilla. El extremo ha vivido un playoff de ascenso con el B y un ascenso a primera. Pero también un descenso en el que quedó bastante señalado a pesar de que, a diferencia de otros, permaneció en el club en 2ª división.
Precisamente durante el primer y complicado año de regreso a la categoría de plata, Embarba tuvo una trayectoria bastante irregular maquillada y salvada del desastre por Míchel cuando todo el mundo parecía asumir que volveríamos al infierno de la 2ªB. Un 15 de enero de 2017, el filial del Sevilla visitaba Vallecas. Y cuando todo parecía perdido, el jugador rescató un punto cazando un rechace no sin cierta fortuna. Su celebración volviendo a su campo mientras se llevaba la mano derecha a la oreja no sentó demasiado bien.
Embarba se disculpó el día después y lo ha hecho en alguna otra ocasión desde entonces pero siempre ha parecido que la herida nunca se terminaba de cerrar entre jugador y afición. Han tenido que pasar dos años para ello pero parece que por fin la reconciliación es definitiva.