EL TERCER TIEMPO
Que el Rayo Vallecano descienda a Segunda División, no es un Drama (sí, en mayúsculas). Seamos honestos y reconozcámoslo, nos guste o no, una buena parte de la Historia de la franja se ha fraguado en la categoría de Plata. Los de Vallecas jugarán su 37ª temporada en Segunda, y acaba de vivir su séptimo descenso de categoría. ¿Estamos acostumbrados a ello? Probablemente no, pero estarán conmigo en que tenemos muchas cosas peores en la Albufera.
Un Club con mucho potencial sin rumbo
Lo que de verdad es un drama es el rumbo que está llevando una institución a punto de cumplir 100 años. Habló con rayistas, con periodistas y aficionados que día a día abrazamos la actividad franjirroja, y la sensación que percibo es la desidia vivida esta temporada en Primera, la percepción de que se ha perdido una oportunidad para crecer. Lo peor de todo, probablemente, es la impresión de que el Rayo Vallecano ya no está por encima del Getafe y el Leganés. Eso, amigos, es lo que más duele.
Nuestros vecinos del Sur están haciendo las cosas bien. Institucional y organizativamente hablando funcionan bastante mejor. Las instalaciones del Coliseum o de Butarque han dado un giro brutal en los últimos años, así como sus respectivas ciudades deportivas. ¿Envidia?, no me atrevería a catalogarlo como tal, pero casi. Lo que leo en los ojos de muchos rayistas es que el barco franjirrojo deambula a la deriva, sin un proyecto sólido, sin una organización interna acorde a un equipo profesional, sin un organigrama propio de un Club en condiciones, en el que la Cantera está perdiendo peso, en el que el Rayo Femenino lucha sin apenas apoyo, y con una Ciudad Deportiva que adolece de mantenimiento, en la que hemos estado casi dos años sin cafetería, por no hablar de lo que la grada sufre el estado de falta de conservación de su Estadio. A todo esto, ¿qué pasará con el feudo rayista que finaliza su cesión al Rayo en Junio? Esa es otra. Como veis, los verdaderos problemas no son los deportivos.
Estoy tremendamente convencido de que jugar en Segunda División no es lo peor que le puede pasar a este Rayo, y mira que me gusta, disfruto y presumo de ver a mi equipo en Primera. Pero lo que de verdad duele, es la dejadez que en ocasiones se percibe, la falta de tacto, la poca empatía, y la desunión que en ocasiones reina. Esos no son los valores de un barrio caracterizado por la lucha, por la unión, sin importar la categoría en la que se juegue.
El Rayo Vallecano subió a Primera y no lo aprovechó. Regresa en un año sin haber saboreado nada. Sufriendo mucho. Padeciendo, más. Pero de verdad, que no es un drama la Segunda. Hay quienes defienden que allí se disfruta más. Probablemente, no voy a negarlo. Pero la verdadera tragedia se vive dentro, en un Club que parece desangrarse estructuralmente hablando. Ese. Ese sí es el Drama.