El día 25 de noviembre el Zaragoza y el Rayo jugaron el partido correspondiente a la 14ª jornada de Liga pero ese día siempre será recordado por la muerte de un genio, Diego Armando Maradona.
Precisamente, ese fue el primer detalle. El minuto de silencio, el primero en el fútbol español compartido con el del partido Sporting – Sabadell. Además, el Rayo portaba un brazalete blanco en honor al genio argentino.
Martín Pascual debutaba como titular y el canterano Iker Recio entraba en su primera convocatoria con el primer equipo debido a la baja de Fran García. Ya dentro del partido se pudo ver a Advíncula totalmente rapado. En el minuto 15 el lateral derecho del Zaragoza, Vigaray, tuvo un pequeño encontronazo al no querer dar el balón en un saque de banda. Además, Pozo deslumbró con un taconazo.
En el minuto 24 vimos una jugada extraña, una barrera extra formada por Pozo y Qasmi, una jugada ensayada para el disparo directo de Trejo, pero el tiro fue anulado por fuera de juego. Antes del descanso, Dimitrievski dio otro susto con un control con el pecho y que luego le tocó en la mano, pero al haber sido rebotada por otra parte del cuerpo el árbitro no pito nada.
Ya en la segunda parte se vio al Rayo por primera vez con un 3-5-2, un esquema para lanzarse al ataque en busca de la remontada con sólo dos defensas naturales. Uno de los artífices de la remontada fue Antoñín, el delantero cedido por el Granada volvió a salir con su look de guantes negros y manga corta, pero sobre todo, volvió a marcar y ya suma un gol cada 123’ minutos, el jugador con mejor porcentaje de la plantilla.
Pozo completó la remontada con un gol que celebró besándose la mano y haciendo una forma de “c”. Velázquez entró para apuntalar la defensa y tardó menos de un minuto en ver la amarilla. Dimi perdió tiempo en los últimos minutos. Finalmente, se consiguió romper la racha de seis partidos consecutivos sin ganar fuera y la primera victoria con la segunda equipación.