
Deva Velandia, una joven aficionada rayista de cuatro años, ‘debutó’ en el Estadio de Vallecas este fin de semana pasado ante el RCD Espanyol. Con sus ánimos y cánticos, ella ayudó al equipo a conseguir los tres puntos en la décimo sexta jornada de la Liga Santander.
Su padre, Pablo Velandia, acompañó a su hija a su primera vez en el feudo franjirrojo. A pesar de que ambos protagonistas estaban en el fortín vallecano, el apoyo también procedía de Bea, su mujer y madre de Deva, que tuvo que quedarse en casa cuidando de su segundo hijo de cuatro meses.
“La vida suavita es la vida mejor”
Bea y Pablo son muy futboleros, tanto que de vez en cuando se ponen a reproducir algún cántico mientras ven al Rayo en su hogar e incluso haciendo cosas de la casa. “De hecho a Deva le versionamos la vida pirata para hacerle una canción sobre tratar bien las cosas. Que dice “La vida suavita es la vida mejor (aquí ella repite como en el estadio)sin maltratar! Sin golpear! Coooon un poquito de amor”. Y a ella le encanta”, aseguran sus padres al respecto.
Además, nunca han querido imponerle a Deva ser del Rayo Vallecano, pero ella no paraba de preguntarles el porqué eran de este equipo y demás cuestiones propias de la curiosidad de su edad, comenzando por el motivo por el cual el equipo tiene una escoba. Al respecto, Pablo, aseguró: “Y ahí es donde yo le cuento todos los valores de la afición y el barrio. El sentido de comunidad, de clase obrera, de valores de respeto y apoyo entre todos e igualdad. Le cuento historias como las de la afición del Rayo paró el deshaucio de Carmen, etc. Son cosas que no se sostienen en otros equipos de la capital”.
Ir al estadio por primera con Deva fue la culminación de algo que empezó de una manera muy bonita, y de nuevo relacionada con los cánticos habituales en la grada de Payaso Fofó. En este caso concreto la de “un día porque sí, mi padre dijo Eh! Te voy a llevar al nuevo estadio” y ya todos sabemos cómo sigue. “Deva me escuchó cantarla desde pequeña, de hecho alguna vez sirvió de nana para dormirla cuando era más pequeña. Y últimamente también la cantaba ella. Así que decidimos que no íbamos a esperar a los 5 años gracias a que un amigo nos prestó los abonos”, asevera Pablo.
Desde que este comentó a Deva que irían al Estadio de Vallecas no paró de cantar la canción anterior y de preguntar si llegaba ya el día de partido. Ambos protagonistas estaban deseando que llegará el día. Y por fin llegó.
Pablo y Deva prepararon sus bufandas y bocadillos y acudieron al campo con tiempo para dar una vuelta por el ambiento previo, apreciar los grafittis de los Bukaneros en los aledaños del feudo rayista y palpar el sentimiento rayista. “Como ibamos con el cartel que visteis en la foto, en el que ponía que “hoy debutaba como rayista en Vallekas” la gente nos saludaba y la felicitaban, y ella encantada, claro”, manifiesta Pablo.
Pablo jamás olvidará este momento con su hija. Así relató los instantes previos al partido: “Ya en los peldaños previos al acceso al campo a mí me dio de todo, por recordar también mi primera vez en un campo de fútbol y no paré de mirarla para ver cada reacción en su cara. Y de repente, ahí estábamos. Dentro del estadio, buscando nuestros asientos y con tiempo para contarle todos los entresijos de un estadio, focos, cuidado previo del césped, accesos, operarios, vosotros, los periodistas. Todo lo que hace funcionar esta magia del fútbol y que desde las transmisiones de televisión no se aprecia como cuando estás ahí“.
La magia estaba presente hasta que el Estadio de Vallecas comenzó a llenarse considerablemente, pues iba a dar comienzo el partido. Deva y los ambientes ruidosos no son buenos amigos, por lo que su rostro le cambió un poco con el pitido inicial. Los dos ambientes se juntaron en el mismo entorno: el aficionado rayista que volvía al campo desde antes de la pandemia, y el padre atento que quería mantener a su hija animada en ese entorno que todavía estaba conociendo, comprendiendo y experimentando por primera vez.
“Papá, voy a ser portera”
Como dato curioso, Pablo nos transmite la obsesión de su hija con Oliver y Benji y, más concretamente con Ed Warner, el portero de pelo largo. Ahora, Deva, quiere ser portera. “Llegamos al minuto 24, disfrutamos del cántico de ese minuto y cuando terminamos de agitar la bufandas me dijo que “Papá, voy a ser portera” e inmediatamente después de durmió hasta el descanso. Quiero creer que para soñar tranquila que lo era en una de esas porterías que tenía tan cerquita“, relató su padre.
Este despertó a Deva minutos antes del comienzo de la segunda mitad para comerse el bocadillo junto a ella. Y menos mal. A los pocos minutos de partido, el gol rayista fue celebrado por todo lo alto en Vallecas. Al respecto, Pablo aseguró: “Ese momento no se a quien le gustó más, si a ella o a mí. ¡Su primer gol en Vallecas! Yo ahí estaba pletórico y ella hizo una radiografía de sus vecinos en las gradas viendo toda la pasión desatada por el gol en vivo”.
El final del partido, algo más tenso de lo habitual por la emoción del momento, tuvo que ser explicado por Pablo a su hija. Estos aguantaron hasta la vida pirata con los jugadores, a la cual reaccionó con una sonrisa de oreja a oreja Deva. “Aunque tengo mis dudas, ya que a la pregunta final de si le gustó la experiencia me soltó un “no quiero volver hasta que la gente grite menos”. Hay varias formas de entender esa frase. Una que podemos estar orgullosos de los pulmones de Vallecas”, exhibió Pablo.
“Ahora quiero ir a ver el Rayo de mujeres”
Sin embargo, lo más importante es que Deva aseguró tras el pitido final que “ahora quiere ir ver al Rayo de mujeres”. Así que esta familia ya tiene plan para la próxima vez.
La ilusión de Deva permaneció intacta hasta llegar a su casa de nuevo. Tanto es así que en el coche de vuelta tatareaba “El año que viene Rayo vs Liverpool”, según relata su padre. Desde luego, el resultado fue lo de menos para esta joven aficionada rayista y su padre.
