En un día como el del domingo en el que el Rayo Vallecano se jugaba el ascenso a Primera División, a pesar de estar a más de 670 kilómetros de casa, no estuvieron solos ya que contaron con el apoyo de la peña Rayistas Per Catalunya.
Unas 20 personas estuvieron desde las 18:00 en los aledaños del Estadio de Montilivi animando a los franjirrojos aún a sabiendas, de que hasta cerca de las 20:00 no llegaría el autobús con los integrantes del club.
Una vez llegaron, se acercaron a las vallas y empezaron a meter el primer gol desde fuera. Ese apoyo les llegaba tal y como se pudo ver como jaleaban desde dentro a los aficionados jugadores como Óscar Trejo o Bebé.
Con los jugadores ya dentro del estadio, la peña Rayistas Per Catalunya, se dirigió a ver el partido desde lo que sería el córner donde se sitúa la grada visitante, pero por tema COVID-19 lo vivieron en ese lugar pero fuera de Montilivi.
Los nervios previos al encuentro lo iban pasando entre cántico y cántico mientras esperaban ansiosos el comienzo, en todo momento tuvieron a los mossos d’ esquadra en la acera de trás suya por algún posible altercado.
Con todo, el partido comenzó y los aficionados rayistas desplazados se dejaron la garganta desde el primer minuto, como se pudo ver a la finalización del mismo cuando a prácticamente todos no les quedaba voz. El partido lo veían en el móvil mientras se fijaban en las reacciones de los jugadores de la franja que estaban en la grada.
Fijándose precisamente en ellos, es cuando se dieron cuenta del primer gol del Rayo Vallecano el anotado por Álvaro García. Con el golazo de vaselina con la pierna mala del extremo empezaron a saltar y abrazarse, algo que hicieron también en el añadido de la primera mitad con el gol de Óscar Trejo.
Tras marcar el argentino se desató la locura y empezaron a verse en 1ª División, aun que les quedaba toda la segunda parte por delante para sufrir. Cuando vieron como Emiliano Velázquez era expulsado por doble cartulina amarilla en el minuto 56, se prepararon para lo peor.
Hasta el minuto 96 que fue cuando terminó el partido, estuvieron con una tensión y unos nervios equivalentes a lo que supone un ascenso de tu equipo en los tiempos tan complicados que vivimos.
Los minutos pasaban y el Girona no anotaba, cada vez se veían más cerca de Primera División y cuando Iglesias Villanueva pitó el final, todo un carrusel de emociones de los aficionados franjirrojos desplazados se empezaron a ver.
Gritos, abrazos, cara de alucinación, pero sobre todo muchas lágrimas. Unas lágrimas de felicidad por ver como una peña que lleva tan poco tiempo creada, ha podido ver un ascenso de su equipo en un campo que no es el suyo. Esa veintena de personas nunca olvidará este día.
Tras ese momento de celebración en el córner visitante, bajaron hasta la puerta por donde salían los autobuses de los jugadores para celebrar con ellos el ascenso. Pero ahí comenzaron los problemas.
Nada más llegar, y como es lógico realizar cánticos como ”El Rayo es de Primera”, los aficionados del Girona empezaron a insultar y soltar improperios en contra de los aficionados franjirrojos allí presentes.
Primero fueron 3 personas de unos 60 años los que empezaron a insultarles, para que a la postre se unieran todos los demás simpatizantes del Girona. El ambiente poco a poco se estaba haciendo más caliente hasta el punto que empezaron a llover petardos, piedras y hasta alguna pelota de tenis.
La situación era insostenible y los Mossos d´esquadra tuvieron que intervenir para llevarse a los aficionados del Girona fuera de esa zona. La peña Rayistas Per Catalunya fue introducida dentro del Montilivi en el parking por miembros de seguridad para mirar por su integridad.
Antes de esos lanzamientos de objetos, Catena y Saveljich salieron exhultantes a por los aficionados del Rayo para cantar con ellos y regalarles varias camisetas con las que calientan antes de los partidos.
Una vez dentro seguían cantando esperando ver más jugadores, todo se empezó a desatar con la salida de Bebé, claramente el hombre de la fiesta. Tras esto llegó el momento más esperado de toda la noche, ese hermanamiento entre jugadores y afición que fue La Vida Pirata.
Fueron más de 6 horas las que estuvo la peña Rayistas Per Catalunya en los aledaños de Montilivi, un cúmulo de emociones y que acabó de la mejor forma, con el Rayo Vallecano en Primera División. Todos se fueron más que felices a casa, aun que con susto final ya que vivieron en primer plano con sus coches, como aficionados del Girona apedrearon el autobús de la expedición franjirroja.
Felizmente, no hubo que lamentar nada grave y el año que viene disfrutarán de su ‘Rayito’ en 1ª División.