EL TERCER TIEMPO
No precisamente en cuanto a lo meteorológico se refiere. La temperatura en Vallecas era relativamente agradable para estar en el mes de febrero. El termómetro rondaba los 10ºC y llegaba el vicecolista a la Avenida de la Albufera, dos semanas después de haber goleado al Lorca, el otro colista que acompaña en suerte al filial sevillista.
Virus en Vallecas
A pesar de ser uno de esos partidos trampa, la parroquia franjirroja destilaba serenidad. Un equipo como el sevillista, que llegaba con la ilusión por mantener la categoría completamente perdida, no podía poner las cosas difíciles a otro conjunto que luchará por ascender a la máxima categoría. Nada podía salir mal. Esa impresión pronto se contagió, como un virus que pulula por el ambiente en busca de los más tenues sistemas inmunológicos para minar con desdén sus frágiles células. Así pasó en la previa del partido ante los nervionenses; una hinchada sabedora de que su equipo va a ganar, más tarde o más temprano, que va a anotar gol, y no hay de qué preocuparse.
El virus también se dejó sentir sobre el césped. Por un lado, los jugadores no atinaron en la primera mitad. El equipo parecía ahogado, atascado, sin ideas, falto de motivación. Si la grada no empuja y tú, desde el césped, tampoco eres capaz de crear esa simbiosis, complicado. Por otro lado, el propio estado del terreno de juego también sucumbió a los azotes del germen que asoló Vallecas. La hierba no estaba para jugar al fútbol, y la tarde se tornó gris, una tarde que siempre contó con la animación del fondo, quienes sacaron una pancarta a relucir para conmemorar la celebración de las Jornadas contra el Racismo. con la que se dijo un rotundo NO al racismo. Lo que debía ser un día lúdico se tornó en una jornada taciturna.
El único que parecía estar vacunado contra el virus era Míchel. Supo reaccionar tras el anodino primer tiempo que se marcó su equipo dando salida a Javi Guerra y Bebé, quienes inmunes a los bacilos anotaron los dos goles de la victoria.
Pero ante todo, me preocupó no ver una grada enganchada con un equipo que es tercero, que está luchando por ascender a Primera. Entiendo y supongo que será fruto de un día, del partido en sí, de los muchos condicionantes que aderezaron el choque en la previa. No me cabe duda de que Vallecas va a rugir, y de que manera, en el próximo compromiso liguero ante el líder, el Huesca. Ahí sí. Lo se, Vallecas volverá a rugir de nuevo.