DE OTRO PARTIDO
Buenas tardes, remontada. Gracias por venir otra vez.
Ella acudió otra vez a la cita. Amable, discreta, femme fatale esta vez para el Girona, que empezó dominando, vivió más acostado que de pie y terminó desquiciado y concediendo. El Rayo Vallecano fue el equipo que se esperaba y el que no se esperaba; se mezclaron los dos y del cóctel con hielos de suerte salió un triunfo muy importante, un cóctel para compartir con ella, la remontada. Estamos en otro momento reposado, quizá un sosiego tardío porque esto ya se va terminando, pero bueno, el segundo objetivo -estar en el playoff– parece más cercano, algo posible dentro de tantos imposibles sufridos.
ENVUELTO PARA REGALO
Las no marcas en defensa y un cambio inexplicable.
Martín no estuvo nada fino. Perdió las marcas, falló en los cruces y fue lento en los mano a mano. Cuando salta a cabecear le ganan hasta los caracoles. Saveljich actuó como su guardaespaldas, arriesgando mucho y en una ocasión jugándose la roja. De esos regalos casi vino un gol del Girona a pocos minutos de comenzar el encuentro. Lo salvó San Dimi con un ala. La providencia, y no Iraola, quiso que Martín, el más peligroso del Girona, fuera reemplazado a pocos minutos de final. Cuando el Rayo estaba viviendo de la pelota parada, Iraola cambió a Bebé, el mejor del Rayo. Acertó con los que entraron, pero se equivocó quitando a Bebé y luego, también, metiendo a Guerrero con el 2-1. ¿Un delantero en esa instancia del partido? Quizá fue la costumbre de tener que ir a ganarlo…
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Isi, el ilusionista.
Insatisfecho con los remates de Bebé (la retina quedó cargada a medias después del que dio en el poste), el ojo se va repleto de gol. El disparo de Isi, uno más en esta temporada, es de ilusionista con truco visible, menos para el portero, que se quedó clavado. El ojo olvida la mano del supuesto penalti -porque fue mano, sí, pero no penalti- y se lleva esa maravilla en el 2-1, una carambola de fútbol-billar.
LA BOTELLA MEDIO LLENA
Botella llena de playoff.
Casi en una final por la última plaza del playoff, el Rayo dio la cara, el corazón y las piernas.
Llenó la botella. Con un partido menos, puede dormir en calma. Una realidad que hace mucho no vivía y que, cuando la tuvo, duró poco, se pareció a un espejismo. Ahora hay que resistir manteniendo la visión optimista. El Rayo necesita que le duren esas palabras tan utilizadas por los bancos y las compañías de seguros: confianza y solvencia. Otro motivo para que suba el líquido: ha vuelto Pozo.
EN DEFENSA DE…
San Dimi y Saveljich.
Excepto Martín, la defensa estuvo bien; los que realmente fueron defensores hicieron posible que otros fueran también atacantes: San Dimi salvó al Rayo y a Martín; Saveljich estuvo gigante conteniendo a Stuani, se metió casi en su camiseta. Con los peligros desactivados, Advíncula y Fran pudieron incorporarse más al ataque. Buena estrategia de la defensa, que comete sus errores pero que hoy se impuso con aciertos.
La esperanza se extiende y el Rayo, en el final de la temporada, ha conseguido un buen colchón de puntos para luchar por un puesto de ascenso. Ojalá que no se duerma en ese colchón.
Un saludo a Pitismo (@pitiadrv), compañero rayista que siempre comenta los partidos y la actualidad del Rayo. Abrazo de gol desde estas líneas.
Y a vosotros, familia rayista, gracias por la lectura y hasta el partido contra el Mirandés, la próxima semana. ¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo!