Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, cantante y compositor nacido en Zaragoza hace más de cincuenta años fue acusado hace poco de plagio. Se decía que el artista, al que algunos tildan de Jim Morrison de marca blanca y otros,los amantes de lo patrio según su momento vital de una especie de Raphael o de Camilo Sesto mañico, se hinchó a usar frases de otros sin citarlos ni nada. Hablar de Bunbury y del Rayo Vallecano en el mismo texto puede resultar absurdo, pero el lema del equipo de Paco Jémez hace tiempo que dejo de ser “Jemecismo o muerte” y pasó a ser “surrealismo o muerte”. En La Romareda, por donde más de una vez pasó con seguridad el líder de Héroes del Silencio comenzó todo. A alguien del vestuario de los hijos del caballo blanco le debió entrar por sus auriculares “Radio Bunbury”, lo compartió con los demás y los franjirrojos empezaron a copiar los títulos de las canciones de “Héroes”. Empezaron con “Entre dos tierras”, algún zaguero tarareó “Sirena Varada” y cuando parecía que aquello podía convertirse en una “Iberia sumergida” surgió un “Maldito duende” (bendito en nuestro caso, Juan le está cambiando el sentido al apellido Villar) y le dio la vuelta.
¡DIÉGUEZ, ESTA ES LA CRÓNICA DEL RAYO-NUMANCIA NO DEL ZARAGOZA-AGRUPACIÓN!
¡Ya voy, qué prisas!
Ya en Vallecas para recibir al Numancia los jugadores locales se percataron del olvido. Hasta Paco preguntó por alguna cassette del cantante que vino del cierzo. No aparecía. Trejo no estaba para poner tango o Rock & Roll en la cancha según hiciese falta y aquello se notaba. Mario Suarez seguía sin estar fino y Oscar Valentín percutía sin claridad. Había pasado una semana y el Rayo podía plagiar la versión vista ante Alcorcón y Málaga pero no, el Rayo ya no es una banda. Son dos. Álvaro García intentaba sin descanso poner balones en zona de remate con unos buenos veinte minutos y De Frutos le dio el relevo en el momento justo. Los sorianos solo oponían una defensa numantina (premio Pulitzer al cronista por original e inesperado) y no intentaban ni acercarse a Dimi, lo cual facilitó finalmente el primer gol. Oscar Valentín se adentra una vez más en el área, Escassi hace el saludo de la Covid-19 al balón y su compañero Castellanos llega tarde y patea al 23 local como si quisiera mandar un oval a touch en el seis naciones de rugby. El arbitro duda, los comentaristas de la tele también pero al final cae el penal. La diferencia entre unos y otro es que Galech Apezteguía quien en directo podría pasar por un cualquiera (es igual de malo pitando que yo) al menos sabe mirar una moviola. Los locutores de la tele, incomprensiblemente no fueron capaces.
Mario Suárez, uno de los viejos rockeros o veterano como Bunbury, dejémoslo ahí, justificó una vez más su presencia en el campo con un lanzamiento inapelable y espectacular (1-0).
Parecía que llegaba el descanso entre la comodidad local y la impotencia visitante pero alguien buscó de nuevo música en Spotify, se la puso a De Frutos y éste encontró “La chispa adecuada”. Jorge desbordó, tiró la pared con Villar que la devolvió perfecta y resolvió al palo corto para solaz local y desesperación soriana (2-0).
El partido estaba cerrado, solo quedaba nadar y guardar la ropa, esconder el balón, pero si Boskov siguiese entre nosotros hubiera tuneado su frase más famosa para citar un ” 45 minuti in Vallecas son molto longo”.
No se veía peligro pero de nuevo la zaga franjirroja decidió dar emoción al choque.En un balón caído con nieve desde Los Pajaritos Higinio le pone interés, Catena desidia y el nueve visitante remata a lo Alan Shearer para poner interés al choque. (2-1).
Entre temblores y temores la placida tarde mutaba en visita al dentista. Algún jugador rojillo también era fan de la banda aragonesa y a fe que lo demostró. Dicen que Erik Morán era una perla de Lezama, pero puede ser que saliera de allí por ser demasiado de Bilbao. El de Portugalete quiso proteger la salida de un balón por el fondo pero no contento con ello se desmelenó y cantó a voz en grito “Avalancha”. La carga, similar a la de la brigada ligera provocó un “¡hombre por Dios! del colegiado navarro obligado a señalar dos penaltis a favor al Rayo (algo inaudito y casi antisistema) . Juan Villar, pesado en la presión tanto al zaguero soriano como a Mario Suárez logró el balón para lanzar y lo estrelló con violencia en las mallas del fondo plano (NOTA MENTAL: Avisar al delantero de que puede reventar redes en estadios ajenos pero aquí cuidadín, no hay presupuesto para reponerlas, que alguien lo denunció en la City y se desmanteló el equipo femenino y vendió promesas del Santa Inés a ese fin). (3-1).
¿Alivio? Ma non troppo. El Numancia había quedado con 10 por la expulsión en la protesta, para más inri de su goleador, pero no tenía nada que perder y entre rondo y rondo de los locales buscaba su oportunidad. La entrada de Comesaña por Álvaro García para dar control y evitar riesgo causó lo contrario. Santi no está, Santi se fue y De Frutos, sustituto de Álvaro en la izquierda acusaba el desgaste. Al mejor del Rayo por ratos ayer tarde le tocó cerrar la banda siniestra mientras Saúl, titular de esa zona basculó tanto que casi choca con el palo. Resultado, De Frutos es desbordado por el extremo numantino, a Saúl ni se le espera y Velázquez, con el mismo ímpetu charrúa con el que inició el partido masacrando rivales se come la finta de Curro que resuelve con clase (3-2). Una pena porque Emiliano, como auténtico “Héroe del Silencio” al perderse una temporada entera por lesión y trabajar duro para su vuelta no merecía este regreso pero la vida es así.
El Rayo pasó unos minutos de tensa calma con el Numancia intentando el empate sin claridad y saliendo a la contra con facilidad, pudiendo sentenciar en más de una ocasión .Los hombres de Paco en este caso solo plagiaron de Zaragoza el saber estar y la perdida de tiempo, suficientes para ganar el partido y situarse al fin en la tabla en puestos de playoff.
Dicen que el Karma no existe pero en ocasiones aparece. Mientras miraba la tabla vi en la pantalla a quien fue capaz de cerrar Vallecas por recibir como el vino o el aceite su adecuada denominación de origen intentar liarla de nuevo. No contento con romper la mandíbula a un compañero de profesión, contestó a la petición de explicaciones de éste intentando quitarle la mascarilla, cayendo aún mas bajo y sacándose por fin la careta delante de todo el que lo pudiera ver. El Rayo peleará a pesar de Roman entre otras tantas cosas por el ascenso y a Zozulya, quien lo diría, ya le hemos visto el pelo.