
El atacante argentino, Emiliano Armenteros, se ha convertido este lunes en nuevo jugador del Rayo Vallecano, repitiendo aventura por tercera vez con la casaca franjirroja. Pero aunque parezca una rara excepción, recientemente se han vivido dos casos similares en la Avenida de la Albufera: Antonio Amaya y Piti.
Antonio Amaya, el regreso del canterano
El central formado en las categorías inferiores del Rayo Vallecano, se marchó al Wigan de Roberto Martínez en la temporada 2009-10, donde coincidió con Jordi Gómez, que sería su compañero en la 2016-17. Sin embargo, la aventura inglesa no salió del todo bien, y regresó al año siguiente al club franjirrojo (en forma de cesión) para ascender a Primera división. Solo estaría una temporada en Vallecas, ya que después pondría rumbo a Sevilla para defender la camiseta del Real Betis. En la temporada 2014-15, volvió al Rayo, donde permanece hasta ahora.
Piti, la zurda que enamoró a Vallecas
Piti es de esos jugadores que todo buen rayista tiene en la memoria. En su primera etapa solo estuvo unos meses (en la 2006-07 procedente del Hércules), pero en su segunda aventura (al año siguiente), subió con el equipo desde 2ªB a Primera División. Tenía regate, tenía disparo y, sobre todo, calidad. Tras seis temporadas se marchó al Granada, para volver en el año 2016 y volverse a ir al curso siguiente.
Armenteros, otro héroe del ascenso
Ahora es el turno de Armenteros, el último en entrar en el exclusivo club de los triples repetidores. Llegó en la temporada 2010-11 procedente del Xerez y se marchó al Sevilla en el verano siguiente tras ascender con el Rayo. Volvió al club franjirrojo en el mercado de invierno, para partir rumbo a Pamplona en junio de ese mismo año. Osasuna fue su último equipo en España y ahora, retorna a Vallecas con toda la ilusión del mundo..
En su tercera etapa, su estado de forma es una incógnita, pero ya sabe lo que es ascender con la franja al pecho. El tiempo dirá si esta nueva etapa es exitosa o no.
