No te quites el sayo.
Rodríguez Marín, sucesor de Raimundo Fernández Villaverde en el sillón g de la Real Academia de la Lengua puso negro sobre blanco este refrán que la sabiduría popular había colocado en lo alto de la tabla de los proverbios primaverales.
También circula el rumor de que en el Madrid del siglo XVII había una calle empinada y céntrica llena de lupanares. El último de ellos, dotado con las mujeres más bellas y mejor dotadas se llamaba “40 de mayo”. Se aconsejaba a los amantes del sexo de pago por lo tanto el sacrificio de la paciencia hasta llegar a dicho lugar.
Fuera como fuese, el Rayo Vallecano, que perdió el suyo y se vio en el espejo cantando “quien me ha quitado mes de abril “ lo recuperó en Castellón en una tarde en la que los de Iraola tardaron en adelantarse lo que Andoni en encontrar el interruptor.
El botón de encendido, a su pesar, lo pulsó el Castellón. Con el revulsivo que suponía el cambio de entrenador, los locales se rebelaron contra el descenso y lo intentaron hasta que Qasmi, zapatero a tus zapatos, quiso salir regateando en el borde de su área , le robaron el balón y en cuestión de segundos el balón estaba en la jaula visitante. Para alivio de la franja, la línea del VAR torció los deseos locales e intervino como no lo hizo en un aparatoso penalti previo del portero albinegro.
Las madres de otros tiempos lo tenían claro. “Una bofetada a tiempo a en el momento justo puede ser muy útil“. Al Rayo le cayó cerca del descanso, por lo que salió con la cara colorada . Se notó.
Con la pelota en su poder durmió el empuje de los locales, en especial su zaga y consiguió el objetivo. Catena ve el desmarque de Álvaro García lanza un derechazo de sesenta metros que éste controla con clase y pone a Qasmi del mejor modo posible, un balón listo para el remate, nada de controlar ni driblar que me complico, prolongar con fuerza a la red (0-1).
El gol aturdió a los de Castalia que vieron como un saque de banda rifado por Advíncula fue devuelto con apuros por Trejo, y en tres toques, el del peruano para Isi, y el control y descarga del murciano para Fran García el balón fue convertido por este en un zurdazo inapelable, la sentencia para un equipo honrado, que no se rindió para tampoco pudo (0-2).
Bastó con unos minutos de presión alta para apaciguar el ímpetu a los locales que retomaron el ritmo con la llegada de los cambios rayistas. La única duda que planteó el choque, mas que duda evidencia es que el banquillo franjirrojo baja el nivel muchos enteros, y puede ser necesario en mas de un momento de aquí al final de temporada.
La buena noticia es que el Rayo ha alcanzado su mejor racha de resultados en el mejor momento y ganando en casa disputará el ascenso. La mala es que necesita ganar y no ha obtenido cuatro victorias seguidas en toda la campaña.
La visita del Lugo trae grandes recuerdos. Ojalá sea hasta cuarenta de mayo.