Antes del parón provocado por la pandemia, en la enfermería del Rayo Vallecano no cabía un alfiler. Dos meses y medio después, el club franjirrojo ha recuperado a varios de sus futbolistas lesionados aunque su estado de forma sigue siendo una incógnita al no haber partidos amistosos o de competición donde poder valorar su nivel.
Antes de que el coronavirus Covid-19 sacudiera los cimientos de nuestro modo de vida, Emiliano Velázquez, José Ángel Pozo y Santi Comesaña trabajaban sobre el césped pero sin poder entrenar al mismo nivel que sus compañeros. Los tres han seguido trabajando en su recuperación durante este tiempo y ahora tendrán que ponerse a su mejor nivel para poder aportar al equipo en un reinicio de la competición tan distinto a lo esperado.
Todo apunta a que habrá dos jornadas por semana por lo que las rotaciones para evitar el agotamiento físico serán muy necesarias y ahí tanto el central como los dos centrocampistas podrían jugar un papel importantísimo. De hecho para los 45 minutos pendientes del Rayo Vallecano – Albacete, los vallecanos no podrán alinear a Qasmi, Villar, De Frutos ni Isi (de hecho Isi fue expulsado en el último partido contra el Elche), fichajes del mercado de invierno.
La gran duda entre los lesionados de larga duración (Alberto García, Leo Ulloa y Bebé) es el portugués. Bebé está haciendo trabajo en gimnasio tras ser operado hace 7 meses del cruzado de la pierna derecha. Sería muy difícil que en estos dos meses que restan de competición pudiera ponerse en forma para volver a jugar.
Andrés Martín fue también habitual de la enfermería en febrero y marzo tras estar un mes con fiebre pero ya jugó contra el Elche en Vallecas totalmente recuperado de su proceso médico.
Sin positivos por coronavirus, cada jugador será fundamental para el regreso a la competición del Rayo Vallecano.