Del baúl de futbolistas a veces salen estrellas ególatras y otras, tipos extraordinariamente normales. Mario Hernández Fernández (Madrid, 22 años) es de los segundos, hasta el punto de rozar lo tímido. “Disculpad la espera”, dice nada más entrar a la sala de prensa, de donde se desplazará hacia la grada, a última hora, sin ningún impedimento. “¿Se va a escuchar bien con el viento?”, pregunta mientras algunos compañeros de equipo, aún entrenando, le gritan bromas. “¡Vaya nivel, Mariete!”, sueltan, en relación al material que Unión Rayo prepara para su entrevista.
Él ríe, se ofrece a ayudar y habla. Lo hace con sinceridad. Hace años jugaba de mediocentro en la cantera del Atleti; ahora es lateral derecho en un Rayo de Primera. Porque en una vida se pueden vivir muchas vidas (si me permites, te robo la frase, querida Casa de Papel). Y Mario, ahora, está viviendo la de sus sueños: “Vallecas es mi casa y yo quiero estar aquí; me veo en el Rayo toda la vida”. Pese a haber jugado sólo 118 minutos esta Liga, hace un balance positivo, alegando que el equipo está consiguiendo el objetivo y eso es lo importante. Mario Hernández, en vísperas de enfrentarse a un Submarino de Champions, charla con Unión Rayo.
#EntrevistaUR a Mario Hernández
A 2 puntos de la Champions… ¡Cómo está el equipo!
No nos esperábamos estar tan arriba a estas alturas, pero es real. Estamos muy contentos, con los pies en el suelo. Mentalizados de seguir luchando hasta el final.
¿Cuán difícil está siendo ‘tener los pies en el suelo’?
¡Mucho, mucho! Pero es algo que todos tenemos claro. El objetivo es mantenerse y, a partir de ahí, ilusionarse. Aunque incido: lo primero es lo primero.
Llegaste procedente del Atleti, donde eras mediocentro. ¿Cómo acabaste de lateral?
Pues mira, el culpable es Galapero (entrenador del Juvenil C), que un día decidió probarme de lateral. Y ya lo ves, desde entonces me he quedado a jugar ahí…
“Galapero, un día, me probó de lateral. Y ya me he quedado ahí…”
Pero el que tuvo, retuvo. Si esta temporada hubiese una epidemia de lesiones en la sala de máquinas. ¿Tendrías problema en volver al medio?
Ninguno, siempre estaré disponible para jugar donde me diga el míster. ¡Hasta de portero! No hay problema. Cuando pasas tantos años jugando en una posición, las cosas se te quedan.
Eres de los pocos que ha conseguido saltar del filial al primer equipo del Rayo. ¿Cuál es el secreto?
Ninguno; el trabajo y la constancia. Yo tuve la suerte de debutar el año pasado en Mallorca (0-1) y, a raíz de ese partido, decidieron que me quedara.
¿Qué consejo le darías a alguien que piense ‘si Mario lo ha conseguido, por qué yo no’?
Que siga trabajando, porque nunca sabes cuando te va a llegar la oportunidad. Los chicos de la cantera estamos para eso, ofrecernos, promocionar. Tienes que trabajar y esperar.
¿Apuesta poco el Rayo por la cantera?
No lo creo. Este último verano, por ejemplo, hubo hasta cuatro canteranos con nosotros. El Rayo es un club en el que se te buscan cesiones para que no pares de crecer. No creo que se apueste poco por la cantera.
“A los canteranos les aconsejo que sigan. Tienes que trabajar y esperar”
Esta temporada sólo llevas 118′ en Liga, repartidos en dos partidos…
A todo el mundo le gustaría jugar más, pero quien decide es el míster y tu trabajo es ponérselo difícil. No me centro mucho en mí; aquí lo importante es el equipo, que el bloque vaya bien y se consiga el objetivo.
Vale, pero hay una certeza: Mario Hernández sale a gol cada dos partidos. ¡Vaya zarpazo ante el Elche! ¿Cuántas veces lo has visto repetido?
Bueno, entre las que lo he visto yo y las que me lo han enseñado… Un montón. Fue un debut soñado, uno de esos momentos que te pasas toda la vida imaginando, pero hasta que no vives, no eres consciente de lo que se siente. De verdad, un debut soñado.
¿Y el momento más emotivo de tu carrera…?
Sí, sí. Sin duda.
Iraola es uno de los laterales derechos históricos de Primera. ¿Supone una presión extra jugar en un equipo cuyo entrenador defendió tu posición?
Pues mira, todo lo contrario. Al final te puede ayudar y aconsejar más que a un delantero o un extremo. Yo no siento ninguna presión extra en ese sentido. Me lo tomo como un lujo.
“No siento una presión extra porque Iraola fuese lateral. Es un lujo”
¿Cómo fue el momento en que te dijeron que te quedabas en el primer equipo?
Como tal no hubo un momento exacto, fue algo que se fue afianzando con el paso de los días. Jugué ante el Mallorca (0-1) y, poco después, me vi repitiendo ante el Sabadell (2-1). Yo todo ese tiempo fui entrenando con el primer equipo… Hasta que se cerró el mercado y, como vi que no me habían dicho de salir, asumí que me querían. Y así fue.
La temporada pasada competiste con Advíncula. De los cuatro partidos de playoff tú fuiste titular en tres… Y casualmente el que no jugaste, se perdió. ¿Ese playoff marcó un antes y un después?
Fue espectacular jugar esos partidos, porque al final es donde te juegas por lo que has estado trabajando todo el año. Ver que el cuerpo técnico me eligió para esos escenarios… Muy contento, mucho.
¿Cuán importante es la familia en tu día a día?
Gente estable, amigos, pareja… Son claves, porque te ponen los pies en el suelo. En mí caso siempre han estado ahí, ayudándome a conseguir lo que tanto deseaba.
Tienes contrato hasta 2023. ¿Hasta cuándo te ves en el Rayo?
Ojalá toda la vida.
¿Sí?
A mí me gustaría estar aquí; esta es mi casa, Vallecas. Que sean muchos años más.
¿Qué es el Rayo para ti?
Una familia. El barrio, los jugadores, trabajadores… Somos un engranaje que se lleva de maravilla. Pasamos muchas horas juntos y somos eso, una familia.
“Me veo en el Rayo toda la vida. Me gustaría estar aquí; es mi casa”
Pero la opción de volver algún día al Atleti… ¿La descartas?
Todo jugador quiere progresar en su carrera, pero es que yo estoy muy contento en Vallecas. Lo reitero, tengo contrato hasta 2023 y ojalá sean muchos más.
Hablemos de la Copa. ¿Qué pasó en Guijuelo? Se complicó demasiado…
El problema de los partidos de Copa es que, aunque parezcan fáciles, no lo son en absoluto. Ir a esos campos es durísimo. Nos adelantamos tan rápido que pensamos que con ese ritmo no nos iba a costar, pero todo se fue torciendo y con la expulsión a Kevin Rodrigues… Aún más. Fue difícil, pero lo solventamos en penaltis.
En Liga, sin embargo, el viento sopla a favor. ¡Y cómo estáis de locales!
Nosotros teníamos una cosa muy clara: queríamos que los rivales nos respetasen en Vallecas. Y para ello nos mentalizamos de empezar fortísimo los partidos, con mucha intensidad. No hay más secreto que ese.
“Queríamos que los rivales nos respetasen en Vallecas”
Ahora, visita el domingo a La Cerámica (14:00 horas, Movistar LaLiga).
Será un partido complicado; todos los son. Estamos hablando de un equipo Champions. Sabemos que los partidos fuera de casa nos están penalizando y que hay que mejorar en esa faceta. Vamos a por los tres puntos.
La última. ¿Europa es posible?
La gente ve a su Rayo ahí, sexto… ¡Y cómo no se va a ilusionar! En el equipo tenemos claro que hay que ir partido a partido, viviendo con los pies en el suelo y sellando la permanencia. Una vez que la hayamos logrado, por qué no soñar.