LA CONTRACRÓNICA
Esos desayunos de los hoteles. ¿A quién no le gustan? Esos bufets ahora inviables de ensueño en los que, superado el pudor te servías cuarto y mitad de cada cosa, café con leche, zumo de naranja natural y luego otro zumo, pinchazo, este en jarra, de melocotón y de brik. Mal.
La última vez que estuve en Tenerife visité Adeje y perdí la vergüenza cuando entraron ellos. Los reyes del todo incluido tenían a su disposición donuts, pasteles, tortillas, huevos, tostadas espectaculares, aguacate preparado para las mismas, aceite de oliva, tomate rallado, mantequilla, mermeladas, mieles, salchichas, chorizos, galletas, cereales mil, chocolate en tabletas, turrón, torrijas, leche frita, yogures, flanes, puddings, cafés, leches, quesos, tés, churros, porras, tortitas, crepes, siropes de chocolate, fresa y arce, boniatos, naranjas, manzanas, mandarinas, plátanos, mangos, papayas, patatas fritas y hasta mojo picón, quinoa, chia y sésamo para desayunar.
¿Qué creéis que se sirvieron los amigos de la pérfida Albión? Esas malditas judías estofadas con salsa de tomate. A las 7 de la mañana. Después de verles gozar de un modo inaudito me decidí a probar un cacito. Puaj. Además de ese sabor inenarrable se produjo un atasco absoluto que terminó en cagada (perdón).
Aquí podría terminar el resumen del Tenerife 1 Rayo 0, pero como me pagan por palabras y tengo tres churumbeles que alimentar me explayaré algo más.
Tras la victoria en Mallorca, Andoni Iraola pensó que la mejor motivación para sus muchachos era ponerles la película “La isla mínima” pero ni el Heliodoro son las marismas del Guadalquivir ni el Tenerife, a pesar de su racha fue tan mínimo, aunque algún crimen se perpetró allí.
Su técnico, Fran Fernández, tras zarandear de mala manera a Paco Jémez con su Alcorcón la temporada pasada decidió que, ante un rival más firme como la franja actual, era mejor emplear artillería pesada. La película que empleó para enardecer a los suyos fue todo un clásico de Vallecas y las sesiones dobles del Cine Paris, “También los ángeles comen judías”.
Hasta el espectador menos perspicaz podrá imaginar como transcurrió la primera parte del encuentro. Los jugadores chicharreros salieron imbuidos del espíritu de Bud Spencer y como buenos católicos creyentes repartieron “hostias como panes”. Me disculparán los ateos, pero esta gente es de misa dominical y con la bendición del colegiado castigaron sin piedad al único rayista con pinta de protestante, de guiri, de vaciador de platos de Baked Beans, de amante de la cerveza caliente, el Jimmy Sommerville de Cieza, Don Isi Palazón, a la sazón jugador mas en forma de la escuadra franjirroja, que más que un partido sufrió una penitencia.
El marcador de faltas a favor de los locales parecía el inicio de un juego de tenis, 15 a 0, y todos pensamos que en algún momento sacaría las tarjetas. Lo hizo para mostrárselas a Iván Martos, debutante hoy en los grises ¡Sapristi! y Catena en acciones tan merecidas como obvias, de las que dan impotencia.
Como impotencia dio alguna de las ausencias del equipo. Cobeño, siendo portero de la franja, fue capaz de marcar un gol al Elche. No estaba planificado. Quizá pensó que así le iría bien como director deportivo o su peli favorita es “Esta casa es una ruina”, pero que tu portero titular tenga que irse cada dos por tres con su selección por segunda temporada consecutiva es un error grave, y más habiendo siendo guardameta. El equipo pierde enteros y su joven y prometedor sustituto no puede tener confianza ni seguridad sin continuidad, llegan las dudas y los errores que cuestan puntos. Con esta gestión Morro, que empezó como titular ha sentido la pegada y lo ha acusado. El parche de Zidane para tener otro portero en la recámara ya lo hemos visto otras veces, y aunque parezca razonable parece más el cumplir un sueño húmedo del presidente que una alternativa de nivel para la puerta rayista.
El Rayo había intentado ganar el partido primero con la profundidad de Andrés y luego con la calidad entre líneas de Trejo pero protagonizó “Más dura será la caída”. En ella, Eddie Willis, encarnado por Humphrey Bogart intenta convencer a Toro Moreno, un boxeador de mas de dos metros de que puede ser campeón mundial . Trejo lo intentó con Yacine Qasmi. Dejémoslo en que la cosa no terminó de funcionar. Bermejo nos dio en el morro y nos puso a Miguel y a todos colorados (1-0).
La cosa no iba de cine, pero ya que habíamos mencionado “La isla mínima” toca acordarse de nuevo de su director, Raúl Arévalo o mejor de otro de sus grandes trabajos, “Tarde para la ira”. Mas de uno seguro se acordó del papelazo que hace Antonio de la Torre en la misma cuando vio el papelón de Iglesias Villanueva, el VAR, el VOR, las líneas de fuga, el fuera de juego posicional y un gol menos para el Rayo en las Islas Canarias que hubiera dado a la franja un empate soso pero justo ya que no mereció ni mucho menos más, mas tampoco mereció menos.
Resumiendo la acción para quien no pudo verla Andrés Martín marca en posición legal por más de un cuerpo de distancia, las repeticiones lo ponen de manifiesto y tras mucho rascar el VAR encuentra un supuesto error ni es claro ni es manifiesto, un orsay posicional en jugada previa que ni siquiera es la misma acción, por lo que no es tal. El sainete termina con una repetición pasados unos minutos en la que no se puede ver con claridad el momento de la salida del balón con respeto a la posición de delantero y zaguero, con una línea pixelada en la que se ve una posición adelantada por una canilla y no se considera el brazo que eliminaría la infracción. Total, que podríamos hablar de lo divino y de lo humano, de justicia e injusticia pero los que sufrimos ante la pantalla el plato de Baked Beans ofrecido por la Agrupación tuvimos ganas de hacer balconing.
La próxima semana en “Adivina quien viene esta noche” nos visitan dos insignes. Uno que se fue en lo alto y otro en lo más bajo. Ojalá sea un partido de película.