LA ESCUADRA
Metido en un coche con el ordenador en las piernas. Camino Anoeta. Quiero leerme en unas horas y saber que lo he conseguido. Olvidar. O por lo menos pasar página. A dejar atrás los fantasmas.
No más anoetos. No más críticas. No más suspicacias. Por lo menos vamos a aceptar que eso ocurrió y que ya no se puede hacer nada. No quiero acordarme de caras mirando al césped. Quiero recordar lo de este martes. Aunque no se gane. Orgullo.
Y así durante toda la temporada. Vallecas es muy fácil de contentar. No se exigen resultados. Se exige esfuerzo. El mismo que pone la afición que va a apoyar al equipo (populista).
Creo sinceramenrte que nunca sabremos la verdad de lo allí ocurrido. O simplemente la verdad es que no ocurrió nada. Lo que tengo claro es que ahora el Rayo es más fuerte y mejor. Queda demostrarlo.
Que los malos recuerdos se vayan con la pista de atletismo. Que se pierdan como lágrimas en la lluvia (guiño a los cinéfilos). Vuelve el Rayo a Anoeta, pero al ‘nuevo’. Al que todavía tiene que curtirse. Vamos a estrenarlo con un buen ‘revolcón’.