DE OTRO PARTIDO
Trejo y San Dimi.
El Rayo Vallecano pudo haber ganado, no supo rematar el partido con ocasiones claras. Pero también pudo haber perdido, porque la ocasión más clara fue la de Mesa que dio en el palo, y porque San Dimi estuvo enorme, con dos paradas estratosféricas que dejan claro quién es el titular. Sin la magia de Trejo, que se pone uniformes diferentes: el del mago, el del obrero, el del luchador, este Rayo no sería el que es. Algunas desapariciones no vistas a tiempo por Iraola (la de Andrés, por ejemplo), le dieron vida a Las Palmas. El 1-1 es justo porque San Dimi y el azar así lo quisieron.
ENVUELTO PARA REGALO
Centros a los muñecos.
Lo incorregible sigue pasando factura. Álvaro, que desborda bien aunque no se atreve a irse de nadie, la mayoría de los centros los tira mal, y en lugar de pases de la muerte da “pases de la vida”. Falló dos goles cantados.¿Cuántas ocasiones desperdició el Rayo en últimas jugadas? El partido estaba ahí, pero ahí estuvieron los regalos.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Ilusiones ópticas.
El ojo se había cargado de esperanza y de tres puntos. Se lleva detalles de Trejo, las paradas de Dimitrievski y ese nerviosismo que le produce venas rojas (cruzadas en la esclerótica blanca forman minúsculas camisetas del Rayo). El ojo se va cargado, una vez más, de lo que le hubiera gustado ver.
LA BOTELLA MEDIO LLENA
Un punto fuera de casa.
Se complica permanecer allí, en la última posición de los que se jugarán todo. El Rayo jugó un bien primer tiempo y, como ya dijimos, los tres puntos podrían haber sido tres puntos para Las Palmas. La botella sigue llena hasta la mitad y, después de haber pasado del buen trago al malo, nos quedamos con el empate fuera de casa y con volver a sumar. Salud.
EN DEFENSA DE…
San Dimi, otra vez salvador.
Si el partido anterior fue decisivo, en este repitió. Acompañado por una defensa despistada en las marcas, salvó dos ocasiones muy claras de gol con dos paradas soberbias y dijo “Aquí estoy, soy yo el portero titular”. Espero que Iraola lo haya escuchado.
Fran García volvió a mostrar su versión de luchador. Advíncula estuvo correcto; Martos, demasiado ausente; y Catena, bien en los cortes. Ninguno de la defensa fue peligroso; hoy fueron defensores que no se duplicaron en atacantes.
Un Rayo con una delantera más ordenada (Guerrero bajó bien el balón y molestó), pudo llevarse los tres puntos, pero terminó agradeciendo el punto. El cambio de Pozo llegó muy tarde; quizá el de Antoñín, también. No se necesitaba más de un tiempo para que Andrés fuera sustituido. Los minutos de Bebé fueron buenos, importantes: desbordó, regateó, tuve destellos del Bebé de siempre. BienBEBÉnido.
El saludo, hoy, es para la Agrupación Rayista Argentina, que desde aquel país hermano sigue los partidos del Rayo y siempre los comentan en directo por Twitter. ¡Un abrazo transoceánico, amigos!
Gracias por la lectura y hasta el próximo Pase Corto. ¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo!