DE OTRO PARTIDO
Renunciar a todo.
No faltó suerte, faltaron cojones. Y algunos más Bebés. El nueve del Rayo Vallecano juega en el subsuelo. Centros a cualquier parte. Jugadores corren menos que recogepelotas. Cambios mal hechos y tarde. Álvaro García, témpano de hielo. Fran García, missing. Catena, sonámbulo. Guerrero, piernas de flan. Pozo no entró, salió más. Comesaña, desesperante. San Dimi fue Satanás. Homenaje a Jémez: posesión para nada. Tarjeta roja al Sabadell, mal: era amarilla. Penalti claro a Comesaña. ¿Por qué Isi tanto en banquillo? Contra 10 no se generó ni sensación de empate. A Iraola ya lo condenan sus errores. Partido de vergüenza. El Rayo no necesita lavar las camisetas. STOP. Fin del telegrama enviado desde fuera del playoff, zona en la que el equipo, hay que decirlo, merece estar.
ENVUELTO PARA REGALO
El partido, en un gran paquete.
Se regaló todo, el partido, la posibilidad de luchar por un puesto de ascenso y por eso quizá también el año. El Rayo, tan solidario como el club, está salvando a los demás equipos (Girona, Sabadell, Sporting…), a costa de hundirse.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Reír para no llorar.
El ojo ríe, con rabia, pero ríe, porque aunque se cargó de los intentos de Bebé, los errores se amplificaron en el campo visual y es mejor tomárselo con humor. Ninguna maravilla en la retina, puro desastre, negrura futbolística, la inconsistencia de un equipo sin ideas que, pese a las facilidades del rival, mete más miedo que risa. Por eso el ojo se estira -a la manera oriental- y ríe.
LA BOTELLA MEDIO LLENA
La hora de los pesimistas.
Es indiscutible que la botella está vacía, seca de fútbol y de esperanza. Nadie quería que llegara este momento, pero los datos están ahí, el hacer del equipo está ahí y, con esa rotundidad, cualquier pesimista lleva razón. El optimismo queda suspendido a golpes no de mala suerte. Fueron golpes intencionados de falta de ganas, de equivocaciones, de un año basado en el eterno “Una gran plantilla que puede conseguir cosas”. La realidad es que no puede ni conseguir ganarle a un equipo que está en descenso y media hora con un jugador menos. Los optimistas que gustan de los alucinógenos, de momento pueden festejar la permanencia.
EN DEFENSA DE…
Medio Advíncula.
Un 50% de Advíncula fue lo más notable de la defensa rayista. Se está acordando de que es muy rápido, de atacar y de intentar desbordes y centros. No vas mal, Luis, pero la temporada ya se acaba.
El resto del bloque fue inexistente o con presencia vana, en línea con el mediocampo y la delantera. Hoy el Rayo estuvo coordinado en desaparecer.
A un punto del playoff, en una situación regalada por falta de lucha, el Rayo ya no depende de sí mismo. Gran tristeza.
Si durante todo el año el siguiente partido fue incierto -esto se parece más al casino que al fútbol-, imagínense ahora. En fin, quedamos en manos de la Providencia. Y en sus pies.
En esta ocasión el saludo es para Jesús Mesado (@JesusM_VK), vallecano, rayista y autor de la saga El Samurái de Vallecas. ¡Un abrazo grande, Jesús!
Y a vosotros, familia rayista, hasta la próxima crónica. ¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo, y suerte para lo que queda!