Tuve que mirar varias veces la pantalla para cerciorarme. Soy daltónico parcial y a veces tengo que preguntar ciertos tonos. Era cierto. La camiseta del C.D.Castellón gritaba “verde que te quiero verde”. Aquello prometía. García Lorca en el césped en un fin de semana tan simbólico para los que lo mataron como para los que sintieron su muerte.
La poesía no la pusieron los verdes,que se mimetizaron con las líneas del campo para no molestar creando momentos muy visuales en la cancha. La lírica la puso Pozo, con Trejo como inconstante escudero, Qasmi como alabardero y Andrés en el papel del guapo que lee los poemas que le citan a escondidas y se lleva a su amada al huerto. Dos goles dos,del muchacho a pase de los dos más discutidos. Tras un error de Lapeña Qasmi puso un balón a lo De La Peña y Martín solo tuvo que empujarla a la red. (1-0).
En una buena internada, Álvaro levantó la cabeza y Andrés, en movimiento de nueve de los de antes amagó ir al segundo palo y fue al punto de penalti desde donde resolvió pegando con celo el balón al poste (2-0).
Parecía una tarde plácida, con Pozo y su melenita al viento guiando el camino,pero la franja y José son como mis dolores de cabeza con este virus de marras,van y vienen, te dan un día apacible o aparecen para fastidiartelo.
Era un centro sin peligro y ese muchacho sacó el brazo a pasear, lo elevó para hacerlo bien visible y golpeó el balón con él en su propia área, no sé si para protegerse el rostro o para evitar tentaciones a un ojeador de primera.
El regalo lo aprovechó Mateu, zurda talentosa en el desierto de La Plana para recortar y provocar crujir de dientes,dolor de cabeza y retorno a los temores de siempre. Cuando salió el capitán del seleccionado peruano a cancha temí lo peor, pero Iraola,prudente,lo colocó a cincuenta metros del área franjirroja.
No habían ni sudores fríos pero en una de esas jugadas aisladas que suelen acabar en gol contra el Rayo Vallecano, Cubillas quedó solo en el centro del área y no marcó porque se apareció nuestra señora del Perpetuo Socorro. Dimi pedía que le pellizcaran para creerlo, ya que no había tocado el balón desde un paradón hecho en la primera parte en el que se estiró raudo y felino para una buena foto.
Total que sin más porque el visitante no lo tenía y la franja no quería el Rayo ganó 2-1, me bajó la febrícula y subieron tres puntos al casillero, los que en segunda separan jornada a jornada al aspirante a primera del equipo del montón. Esperemos ser de los primeros. Mi cabeza lo agradecerá.