
EL TERCER TIEMPO
Seamos justos. Brillar en este Rayo Vallecano no es fácil, cuando cada domingo los focos y los titulares los copan los mismos futbolistas. La habilidad de Trejo, la calidad de Chori, los goles de Raúl de Tomás, la consistencia de Fran Beltrán o la constancia de Embarba, … junto a ellos, hay jugadores que trabajan en la sombra pero que son fundamentales.
Crecimiento con la franja roja
Unai López es uno de esos jugadores que trabaja pero que no brilla. Afianzado en el 11 titular de Míchel, el guipozcoano cabalga en el centro del campo franjirrojo destilando fútbol. Un jugador que el técnico rayista ve fundamental, hasta el punto de situarle escorado en la izquierda si hace falta, con tal de que esté en su 11.
El vasco ha ido claramente de menos a más en lo que va de temporada, y únicamente se ha perdido dos partidos en lo que va de competición. No jugó ante Osasuna por rotaciones de Míchel, y tampoco jugó ante el Reus en la jornada 10 por acumulación de cartulinas amarillas. Además, los primeros encuentros en Liga Unai era siempre sustituido y ahora acumula 10 partidos seguidos jugando los 90 minutos.
Jugando por detrás del tridente de ataque del Rayo Vallecano y asociándose con Chori Domínguez, Unai López está encontrando su sitio en el campo y ante el Lorca se destapó con dos asistencias y un gol, su segundo tanto de la temporada. De hecho, el primer gol lo marcó hace unas semanas ante el Lugo y en el último partido frente a los lorquinos Unai rindió a gran nivel.
No cabe duda de está siendo un jugador importante, y no se vosotros pero yo le veo en ocasiones como ‘el Iniesta de Vallecas‘. Baja estatura, gran toque de balón, se mueve entre líneas y juegan de manera pareja. Un lujo para el Rayo Vallecano poder contar con la presencia de Unai en la medular, ya que si bien al principio del curso había quienes dudaban de su aportación, ahora muy pocos se atreven a discutir el aporte del guipuzcoano al equipo.
