EL TERCER TIEMPO
Llevo varios días dándole vueltas a la cabeza sobre qué escribir. ¿Apelar a la esperanza? ¿Tirar la toalla? ¿Criticar a la plantilla? ¿Un texto desalentador plagado de banalidades sin ningún tipo de optimismo? Sea como fuere, tengo claro que tras concluir la jornada 26, el Rayo Vallecano no debe perder la esperanza.
Criticar y criticar
No me gusta la crítica sin fundamento, y tras el partido contra el Girona, pude percibir mucha crítica desde la grada de Vallecas. No os quito razón, a ver. El partido fue malo, el equipo no mostró ese carácter y esa garra necesarias, eso único que se le pide a los jugadores: da igual si se gana o se pierde, pero que corran y tengan actitud. Y cierto es, no lo vi.
También percibí que hay parte de la afición que pide el cese de Míchel. Cada uno tiene su opinión, claro está, pero lo que no comparto es el reproche sistemático: no me digan que no hace nada el técnico, porque ante el Girona cambió varias piezas: volvió Advíncula, quitó la defensa de cinco, entro Mario Suárez dejando a Imbula fuera, …, y más de lo mismo. Vamos a ver, resulta que ahora la defensa de cinco no vale porque se han perdido cinco partidos; Imbula no está, por fin, que todos lo queríamos fuera, pero el resultado vuelve a ser el mismo. Pedíamos a Suárez, pues ahí está, y nada, derrota de nuevo.
¿Qué quiero decir? Que siempre vamos a encontrar algo con lo que discrepemos, de hecho, llegué a escuchar a algún aficionado recriminar a Dimitri. El colmo.
Míchel lo intentó, cambió de estilo, movió alguna ficha, y nada. Lo hará mejor o peor, pero siempre va a buscar lo mejor para el equipo. Todos los que critican cualquier cosa, me gustaría verles en la toma de decisiones: ¿acaso pensáis que es tan fácil?
Lo que más me duele de todo esto es la falta de unidad que percibo, algo que está matando la esencia del Rayo Vallecano. No os dejéis llevar por la efimeridad de los resultados, confiad para volver a creer. ¿Y si el Rayo se salva, qué? ¿Acaso no ganó 13 de 15 puntos cuando nadie lo esperábamos? Hay tanta igualdad en la competición, que no descarto absolutamente nada. Quedan 12 partidos y de verdad pienso que todo, absolutamente todo puede pasar. Al final de la temporada, si se desciende, entonces sí, saquemos conclusiones y busquemos culpables. Pero mientras haya vida, ¿por qué matar la esperanza?