DE OTRO PARTIDO
Los controles de Trejo.
Lo rescatable es poco. Trejo jugó solo, cubriendo la pelota, haciendo controles exquisitos, mostrándose y yéndose a veces con facilidad de los rivales y, otras veces, sufriendo faltas repetidas frente a un supuesto árbitro demasiado permisivo. En los primeros peores 20 minutos del Rayo en toda la Liga, el Mallorca se llevó el partido. El resto fueron jugadas desafortunadas en un duelo trabado que, pese al resultado, el Rayo Vallecano pudo empatar. Lo evitaron Mario Suárez y el supuesto árbitro.
ENVUELTO PARA REGALO
Los dos primeros goles del Mallorca.
Es casi como haber empezado el partido perdiendo. No se puede regalar ni ese lateral en el primer gol ni ese balón perdido en el segundo. La defensa del Rayo no estuvo, los delanteros del Mallorca entraban solos (pudieron ser dos goles más sumados a los tres). Al principio, con el Rayo tan aletargado, tan desconocido, parecía un encuentro entre un equipo de Segunda y otro de Tercera División candidato al descenso. La cara opuesta del partido ante el Elche: nada de presión ni de juego en equipo, media alineación desaparecida y fallos en las marcas. Jarra de agua fría; hola, realidad, volvamos a sufrir.
LO QUE SE LLEVA EL OJO (DE ISI)
Penalti muy claro.
El codazo fue tan claro como el penalti no pitado. El ojo de Isi se lleva un huevo morado. No se explica cómo Prieto Iglesias y el VAR obviaron la falta clara que podría haber cambiado el rumbo del partido. El primero no es o al menos es dudoso: el defensor toca a Álvaro, que exagera la caída. ¿Suficiente para pitar penalti? Pero el golpe a Isi es clarísimo, un codazo en el área chica que ni es necesario que se revise en el VAR. Nota baja para un supuesto árbitro que estuvo muy mal no solo en esta jugada: permitió que el Mallorca cortara el juego con muchas faltas y pitó otras a favor de ellos inexistentes. Consintió la estrategia del visitante para que pasen los minutos y fue el culpable de que el choque se volviera aburrido y previsible. Tampoco se entiende por qué expulsó a Iraola, y en el acta -en la que escribió “Rayo Vayecano”- no lo aclara. Parece, como dijo el técnico, que vio la roja solo por “levantar los brazos”. No soy de quejarme de los árbitros, pero puedo quejarme porque este tío es cualquier cosa menos un árbitro. Si existiera un VAR para juzgar a los árbitros, Prieto Iglesias hubiera sido expulsado.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
A seguir con la cabeza alta, se vienen dos partidos complicados.
El Rayo espera al Barcelona por la Copa del Rey y luego viaja a la Ciudad Condal para jugar contra el Español.
La botella medio llena invoca esos vaivenes en que la racha se movía del buen juego al malo y espera que el Rayo de los partidos anteriores resurja, se imponga y que el equipo vuelva a sumar y al modo positivo. Un tropiezo no es una caída, y si fue tropiezo y caída, a levantarse y a seguir. No queda tiempo para mirar por el espejo retrovisor.
EN DEFENSA DE…
Nadie.
Ni Dimitrievski, que se comió el tiro libre, ni Catena, que estuvo distraído en las marcas, ni Velázquez, ni Advíncula (pese al gran remate del gol), ni Fran García. Si acaso, algún asomo futbolístico de Saveljich. Nadie se salva, hoy la defensa fue un coladero; se movieron solamente para poner la alfombra roja, y los delanteros del Mallorca desfilaron plácidos hacia el gol.
Partido negro después de tanta nieve. Quitémoslo ya de nuestro recuerdo. Y todo lo contrario para los eternos rayistas que nos han dejado en el último tiempo: Rafael Sanjuán, Antonio Sánchez Berenguer, José García Concejo y Nicolás Sanjuán. DEP para cada uno de ellos.
Gracias por la lectura y hasta el próximo Pase Corto. ¡Ánimo, Vallecas, y aúpa, Rayo!