En Unión Rayo os presentamos la tercera entrega de EL DEBATE. En esta nueva sección, presentaremos la opinión de dos periodistas contrastados que siguen el día a día del rayismo sobre un tema de actualidad. Tras la derrota ante el Almería en el Estadio de Vallecas, y las declaraciones de Iraola sobre el arbitraje tras el pitido final, preguntamos, ¿tiene el Rayo Vallecano derecho a quejarse?
“No. Personalmente, creo que no. Creo que tienen motivo todos los clubes de Primera y Segunda División. No hay un criterio unificado de cómo se utiliza el VAR, el videoarbitraje, para todas las parejas y cuerpos arbitrales de todas las categorías. Creo que es el mayor problema”.
“Si nos retrotraemos a la jornada pasada, la roja de Advíncula es bastante clara. El problema no es del Rayo Vallecano, sino del peruano, con una entrada a destiempo y en un lugar donde no debería hacerse. Si recordamos los dos posibles penaltis de las dos últimas fechas, volvemos a hablar de ese criterio. En ambos casos hay contacto y, desde el VAR, se interpreta que el árbitro ha visto el contacto y no lo ha considerado suficiente. Por tanto, el VAR no puede avisar de que revise esa acción”.
El Rayo se puede quejar, en tanto en cuanto se pueden quejar el resto de equipos. El criterio no es unificado y no se le da un buen uso a una herramienta que podría ser fantástica. Es verdad que está afectando al desarrollo del Rayo en estas primeras jornadas, pero creo que el Rayo debería centrarse en lo meramente deportivo y aislarse de estas cosas externas. El Rayo estará donde merezca estar, y más en Segunda División con tantos partidos. Estarás donde te merezcas estar. Es muy difícil que las actuaciones arbitrales determinen tu posición al final de la tabla.
“En mi opinión, sí que tiene derecho a quejarse el Rayo, aunque antes hay que matizar varias cosas. La primera es que el Rayo Vallecano de Iraola no está dejándose puntos por decisiones arbitrales puntuales. El equipo está mostrando una preocupante falta de creatividad en ataque y, además, empieza a perder la seguridad defensiva de la que se presumía en las primeras jornadas”.
“En segundo lugar, es para mí la falta de ocasiones claras por partidos y la ya mencionada simpleza ofensiva la que provoca que Iraola y la plantilla pongan el foco en las actuaciones arbitrales. «Sí llegamos dos o tres veces al área rival y los árbitros tienen “mala suerte”, así es imposible ganar», estarán pensando en el vestuario rayista. Sin embargo, la reflexión debería ser: ¿Por qué generamos solo dos o tres ocasiones por partido?“
“Cuesta pensar que un equipo pueda ascender con dos ocasiones por encuentro, sobre todo cuando se trata de un equipo como el Rayo, que ya ha demostrado que la pegada no es lo suyo y dada la fragilidad defensiva que se ha vuelto a mostrar. Si el Rayo no lograse mejorar en ataque, la única opción sería la de regresar a la fortaleza defensiva de las primeras jornadas y de nuevo confiar en algún chispazo de los hombres de arriba”.
“Pero volviendo a la cuestión planteada, para mí el equipo sí tiene motivos para quejarse. Y es que, en lo que va de temporada, ha habido tres decisiones arbitrales que han marcado al equipo, fundamentalmente al tratarse de derrotas. La primera fue la de Tenerife, en la que se anuló un gol por fuera de juego de Andrés Martín en una disputa aérea 20 segundos antes de que se anotase el tanto. En este caso, se trata de una queja hacia el reglamento ya que, pese a ser injusta, está bien aplicada la norma”.
“Sin embargo, los dos posibles penaltis a Qasmi por una patada en Lugo y un codazo en Vallecas frente al Almería, creo que son dignos de queja. No por el hecho de que no se señalen, sino por el hecho de que el colegiado no fue a revisar dicha acción al monitor cuando resulta francamente difícil pensar que pudiese apreciarlas en vivo, en especial la de Lugo. Por último, considero que la queja es aún más legítima dados los dispares criterios del VAR (por ejemplo, en los penaltis del Valencia esta jornada o el penalti del clásico sobre Sergio Ramos)”.